La odisea para viajar hacia Budapest
▸ El club ha destinado un millón de euros en ayudas para los desplazamientos
tentar que jueguen el tiempo justo. Es lo que vamos a pensar, competir pensando en todo». Estrategia totalmente respetable la suya, y es que está a las puertas de una final europea y todo se juega a un partido.
No obstante, el de Zaldívar ha insistido en que «no van a bajar los brazos» y que seguirán siendo «competitivos» en todas las competiciones. La última visita del Sevilla al Martínez Valero se saldó con un empate a uno, con goles de Enzo Roco para los locales y de EnNesyri para los nervionenses. La última derrota de los sevillistas en tierras ilicitanas data de la temporada 20/21, los hispalenses rompieron una racha de más de cuarenta años sin perder allí al caer por 2-1, en un encuentro en el que Raúl Guti y Carrillo marcaron para el Elche y el gol sevillista vino de la mano de Luuk De Jong. El Sevilla buscará hoy ante el Elche una nueva victoria. El conjunto blanquirrojo es uno de los equipos que actualmente está en mejor forma de LaLiga Santander, y es que desde que llegó Mendilibar ha obtenido un balance de seis victorias, dos empates y solo una derrota en la competición casera.
Continúa la odisea de los abonados sevillistas que buscan a la desesperada un vuelo hacia Budapest. Más de 20.000 sevillistas solicitaron la entrada al club para asistir a la final de la Europa League que protagonizarán Sevilla y Roma. Sin embargo, el mayor escollo que tienen que superar los aficionados hispalenses es el de encontrar un desplazamiento hasta la ciudad húngara sin arruinarse. Desde hace un par de días, las redes sociales se llenaron de denuncias de socios que o no encuentran vuelos directos o los que hay tienen un precio desorbitado. Hasta mil euros un viaje de ida y vuelta en el mismo día, un precio desproporcionado que pone en peligro la asistencia masiva de los sevillistas a la final del 31 de mayo para arropar a su equipo.
El Sevilla es consciente de esta situación y ha llegado a varios acuerdos con diferentes empresas para asegurar un número fijo de vuelos.
Castro: «Hemos gestionado más de 4.000 plazas de chárter; trabajamos a destajo para tener más vuelos y los vamos a tener»
Además, ha destinado en torno a un millón de euros para facilitar el desplazamiento de los abonados, o lo que es lo mismo, 200 euros de descuento por cada socio que se desplace en las compañías acordadas por el club. Sin embargo, un gran número de aficionados han asegurado que las plazas se han quedado cortas y que las listas de espera en las agencias de viaje ya están cerradas. La alternativa es buscar combinaciones de vuelos con varios transbordos para llegar a Budapest o elegir aerolíneas que, ante la alta demanda, han incrementado los precios de forma exponencial.
Los esfuerzos del Sevilla
El presidente del Sevilla, José Castro, admitió ayer que «estamos no preocupados, preocupadísimos por las dificultades que están encontrando nuestros aficionados». En este sentido, anunció que «ya hemos gestionado más de 4.000 plazas de chárter, hoy mismo (por ayer) 900 de ellas, con precios similares o solo un poco más altos que lo que se ofertaba en un principio. Ya hay seis aviones que salen el martes con capacidad para 1.925 personas y 15 el miércoles, con 2.467 plazas. Toda la organización trabaja a destajo para seguir consiguiendo más vuelos y los vamos a conseguir», afirmó Castro, y añadió que «estamos buscando otras combinaciones con aviones que tenían operaciones comprometidas con otras ciudades, como Madrid. Pueden salir de Sevilla y volar a Budapest. Pero de vuelta, por ejemplo, pueden ir no a Sevilla pero sí a Madrid, por lo que gestionaríamos la vuelta en AVE».
Más relevancia tuvieron los detalles anteriores, puntuales y posteriores al derbi, de ojanescas maneras, que lo visto en el césped
Se fue el derbi, como se va, se va, el caimán para Barranquilla, pero desdentado y necesitado de prótesis para posteriores ediciones. Faltaron colmillos en los dos saurios. Más relevancia tuvieron los detalles anteriores, puntuales y posteriores a la confrontación entre los eternos fraternos, de ojanescas maneras, que lo visto en el césped. Allí, un rotado Sevilla, hasta parecer el contorsionista de cualquier «talento» televisivo, fue mucho mejor que su rival hasta que llegó, sin convicción, a la cal de Bravo; el Betis mostró su peor versión de la temporada, porque nunca lo vi irse del campo sin haber disparado una vez, siquiera con tirachinas, a la portería contraria. La previa estuvo marcada por el plagio de unos descerebrados de un condenable acto capitalino. En el texto y, lo que es más vomitivo, en la imagen. Ni originales fueron los botarates. Se representan sólo a ellos mismos. La divulgación en las redes sociales de un tifo incendiario con Joaquín de protagonista fue lamentable. Pareció un anzuelo cebado con tripas de sardina y con expectativas de pescar merluzos de ochenta kilos con ellas.
Uno se queda con el comportamiento de los jugadores que, hasta la desafortunada y violenta entrada de Miranda a Navas, fue estupendo; con la señorial actitud de Joaquín, al que la grada pasó factura de antiguas querellas, olvidando otras de los suyas con el rival, en un día en que el futbolista y la persona merecieron un trato muy diferente; con la disculpa personal y luego pública de Miranda, con la noble aceptación de su arrepentimiento por parte del doblemente bueno Navas, con la preocupación de Pellegrini por la salud del lateral blanco, con ese señor padre sevillista alentando a su hijo pequeño a exhibir su beticismo en el corazón de Nervión. Y hoy, sin tiempo para alargar un derbi sin apenas historia, vuelve a rodar la pelota. El Betis tiene la oportunidad de sellar su pasaporte para la Liga Europa de forma definitiva ante el Getafe y el Sevilla, ante un descendido, de seguir aspirando a la Conference League, la pedrea del Gordo al que aspira en Budapest. Buena devoración, caimanes.