A por la hazaña en Madrid con un ojo puesto en Granada
▸ El Betis Baloncesto tiene que ganar al campeón de Europa para salvarse o esperar un favor del Joventut
Condenado al sufrimiento hasta el último suspiro de la temporada, como sí así estuviera marcado por un destino de lo más maquiavélico, el Real Betis Baloncesto despeja la incógnita de su futuro este miércoles. Se acaba la cuenta atrás, que ya no hay más tiempo, así como el cupo de oportunidades. Queda una plaza de descenso que adjudicar con dos candidatos en la palestra que se dejarán la vida en el parqué para esquivar la caída al abismo: Betis Baloncesto, antepenúltimo con diez victorias, y Covirán Granada, penúltimo con una decena de triunfos también y el duelo particular perdido con los verdiblancos pero con la moral por las nubes tras el tremendo varapalo que le infligió al equipo de Casimiro en el duelo regional en San Pablo. Aquella metedura de pata puede costarle muy cara al Betis.
En el retorcido guion de la temporada verdiblanca, que habría firmado Christopher Nolan, aún cabía un giro de tuerca más después de un sinfín de lesiones y cambios de jugadores: que se la tuviera que jugar en la cancha del Real Madrid, un coloso al que nunca ha ganado en el WiZink y para colmo recién investido campeón de Europa tras enlazar una hazaña tras otra.
Contra este Madrid eufórico se juega la supervivencia el Betis Baloncesto. Para salvarse tiene que saltar la banca en el WiZink. Vencer. Si no lo hace, su continuidad en la Liga Endesa dependería de lo que hiciera el Joventut en el Palacio de los Deportes de Granada, que estará a reventar para empujar a su equipo hasta la orilla de la permanencia. Los verdinegros, que son séptimos y visitan al conjunto nazarí con opciones de acabar en la sexta posición, tendrían que vencer en la olla a presión granadina para que el Betis se quedase en la ACB.
El Joventut, para subir un puesto, tiene que ganar y esperar a la derrota del Gran Canaria, que visita al BAXI Manresa, aunque igual le interesa más ser séptimo que sexto en el caso de que la segunda posición (su rival en el play off) se la quede el Baskonia. Los baskonistas serán segundos si ganan en Fontajau al Básquet Girona, que ya está salvado, haga lo que haga el Real Madrid, al que le tiene el basket-average ganado. El horario es unificado por supuesto para todos los partidos en los que hay algo en juego.
Mirar a Granada sería ya el último resquicio de esperanza para el Betis, que tiene que dejarse la vida buscando la proeza. «Impossible is nothing», reza el eslogan de una conocida firma multinacional deportiva. Bien harían los jugadores béticos en tatuárselo a sangre y fuego. Hay una diferencia abismal entre el Betis y la aquilatada tropa de Chus Mateo, que ayer estaba celebrando la Euroliga con sus aficionados. Si puede llegar más relajada al partido, saciada ante tamaña gesta, o con ansias de ganar de nuevo para seguir festejando delante de su gente no se sabrá hasta que la pelota eche a volar. Ha tenido poco descanso después de Kaunas y menos tiempo para pensar en este encuentro que, llegado el caso, hasta podría tomarse a título de inventario. O eso le gustaría creer al Betis, que lleva preparándolo con mimo desde el trompazo con el Covirán.
Creer que se puede
Aquel penúltimo episodio de la temporada (recuerden que empezó con unas ilusionantes semifinales de Supercopa ante el Real Madrid en San Pablo) ya es historia y ahora queda el último por escribir. «La clave es creer que podemos hacerlo. Hay que apelar a lo épico e ir con la convicción de hacer bien el trabajo para sacarlo adelante», comentaba ayer Casimiro, consciente de la tremenda dificultad del envite. En el Madrid hay jugadores que han hecho horas extras a los que tal
El conjunto verdiblanco jamás ganó en el WiZink Center al Real Madrid, que ayer estaba de festejos tras conquistar la Euroliga
Randolph
20.30 h. TV: Movistar Deportes (dial 59).
REAL MADRID
B. J. Johnson
vez podría darles aire Chus Mateo. Da igual, en cualquier caso, porque esté quien esté puede hacerle un roto al Betis, cuya extrema necesidad debería reflejarse desde la primera posesión jugando con la máxima intensidad, siendo muy físico, rapiñando cada rebote como si fuera el último y extremando la eficacia en el tiro. Defendiendo como nunca antes y cometiendo los menos errores posibles. Es la hora de Casimiro, Tyson Pérez, Montero, B.J. Johnson, Bertans, Pargo, Cvetkovic, Almazán, Gerun, Pasecniks, Maronka, Báez, Fischer y hasta de Sylla, Pozas y Nzosa, aunque estos sólo puedan animar a sus compañeros.
Está en juego la permanencia en la élite y quizá también el futuro institucional de una sección que vive al límite, siempre al borde de la quema, así una temporada tras otra, sin solución de continuidad. Es su sino y hasta el último día se prolongará este sufrimiento que convertiría en auténticos héroes a los jugadores verdiblancos si fueran capaces de hacer en Madrid lo que muy pocos piensan. Si no, siempre quedaría la posible bola extra del Granada-Joventut aunque realmente no haya mucha confianza en el dos quinielístico. Sigan rezando, porque esto da miedo, y no olviden encenderle una vela a San Judas Tadeo. Toda ayuda es poca en un trance así.