Ferraz borra todo rastro de la intervención del ministro en ese acto
▸ Los socialistas presumen de que no les «tiembla el pulso» ante los corruptos
El PSOE presume de que no le «tiembla el pulso», cuando en su organización, como ocurrió ayer en Mojácar (Almería), se detectan ‘ovejas negras’, como los dos candidatos municipales (números dos y cinco de la lista en ese municipio), detenidos en esa localidad por presuntamente haber formado parte de una trama delictiva de compra de votos, desvinculada de la que se investiga igualmente en Melilla.
Pero por si acaso, los socialistas comenzaron ayer a borrar huellas, singularmente por lo que se refiere al ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, y hombre fuerte del Gobierno, Félix Bolaños. Ni rastro ha quedado en la página web oficial del partido de su entusiasta discurso del pasado 18 de mayo, cuando apadrinó a la lista de la formación en Mojácar, ahora en entredicho. Ni fotos, ni vídeos del discurso ni cualquier otra referencia.
La presencia de un dirigente de esa envergadura en un pueblo de pequeño tamaño podría ser, a priori, un ejemplo de compromiso abnegado con su formación (Bolaños, además de un currículum académico y profesional de gran nivel, como letrado del Banco de España, lleva aparejada a su biografía la militancia socialista heredada de su familia), incluso en los lugares más modestos. Pero dadas las circunstancias, y la operación contra el fraude electoral destapada, parece más bien una mácula que arruinaría el mejor de los expedientes.
Por lo demás, en el cuartel general de Ferraz, en las últimas cuarenta y ocho horas de la campaña electoral, tratan de transmitir tranquilidad y aplomo ante esta noticia que salpica al partido por un asunto tan vidrioso como la compra de votos a inmigrantes en situación desfavorecida a cambio tanto de dinero en efectivo como de promesas de empleo en el propio ayuntamiento, añadida a la trama que se investiga en Melilla y que afecta a su socio de gobierno en la ciudad autónoma.
Los socialistas, como ya esgrimiesen este año con motivo del escándalo de Tito Berni, el exdiputado expulsado del Grupo Socialista tras su imputación en el caso Mediador de presuntas mordidas en Canarias, presumen de actuar de manera celérica. Ayer suspendieron cautelarmente de militancia y abrieron expediente al número dos de la lista y arrestado, Francisco Bartolomé Flores Torres, el único de los detenidos que es afiliado, pues el número cinco, Vizcaíno González, figura en la candidatura como independiente.
Entrega del acta
«Que los juzguen» transmiten de manera tajante fuentes socialistas, que aseguran que se les exigirá a renunciar a sus actas de concejal, o en caso contrario no formarán parte del grupo socialista de Mojácar, sino que serían concejales no adscritos.
Si en la primera semana de campaña, marcada por las listas con etarras de Bildu, el foco estuvo puesto en el PSOE, dada la condición de aliado parlamentario de los de Arnaldo Otegi, los escándalos de compra de votos que están conmocionando a la opinión pública en esta segunda fase de la campaña también salpican a los de Pedro Sánchez. De manera algo más indirecta en Melilla, pues el dedo acusador apunta allí a sus socios de Coalición por Melilla, y de forma más nítida e indubitada en la localidad almeriense de marras. Dos asuntos, en definitiva, distorsionadores de la intensa caravana electoral de Sánchez, quien hoy mitineará en Madrid y mañana cerrará su campaña en Barcelona.
La casualidad quiso ayer que de las ocho provincias andaluzas, el líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, exalcalde de Sevilla, recalase precisamente en Almería, en la capital provincial, para hacer campaña junto a la candidata a alcaldesa, Adriana Valverde.
Espadas aseveró que «cualquier situación de este tipo que se demuestre es injustificable en democracia y en un proceso electoral», al tiempo que añadió que «en el PSOE no tiene cabida ningún tipo de conducta de estas características», concluyó.
El PSOE andaluz se juega mucho el próximo domingo, donde aspira a mantener su cuota de poder municipal en una región donde ha pasado de una larga hegemonía a encajar el año pasado la mayoría absoluta del PP en la Junta.