El dispendio socialista: Ocho proyectos y 43 millones a la basura
▸ Destacan un hotel sin uso, ahora de la Sareb, y una megadiscoteca en vía pecuaria para 8.000 personas
Pocos municipios de menos de diez mil habitantes de España pueden presumir a día de hoy con todo lo que el PSOE quiso hacer en Burguillos, sin ningún reparo, proyectando grandes infraestructuras urbanísticas y que, a la postre, dejaron un lastre económico y un municipio considerado durante muchos años como el más endeudado de España. Sólo al inicio de mandato, la deuda era de 52 millones de euros, lo que equivale a una media de 7.400 euros por cada vecino.
Desde una discoteca para ocho mil personas que costó 1,4 millones de euros en plena vía pecuaria hasta un hotel de lujo en el que se invirtieron hasta 14,5 millones son sólo algunos de los ejemplos de las obras faraónicas que se levantaron en la época en la que gobernó el alcalde socialista José Juan López y en la que muchos de estos proyectos se quedaron a medio construir y las empresas sin cobrar.
Es la herencia que se encontró el actual alcalde de Burguillos, Domingo Delgado (PP), que llevado a números suponía una deuda de 52 millones que ha ido rebajando durante este mandato hasta los 19 millones por actuaciones urbanísticas que dejaron sus predecesores socialistas en el cargo.
El caso más llamativo, por el coste que supuso, fue el hotel Alquería, de cuatro estrellas, que ahora es propiedad de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), que costó cerca de quince millones de euros a las arcas municipales. Ahora, el actual regidor ha anunciado que hay promotores privados interesados en reconvertirlo en una residencia de mayores, si bien esta idea está ahora mismo en una fase embrionaria.
Pero no fue sólo este hotel, sino que además destaca por su llamativo aforo previsto, la discoteca para ocho mil personas, que supuso 1,4 millones de euros. A esto hay que sumar varios proyectos, hasta ocho, que entre todos suman 43,5 millones de euros.
Tras el hotel y la discoteca, se comenzó a construir un parking subterráneo, y en su corazón una central de biomasa, por 6,2 millones de euros, totalmente vandalizada y desvalijada a día de hoy.
Más de cinco millones (5,2 en concreto) costó la piscina cubierta a medio hacer y el pabellón polideportivo. Y cerca de seis millones (5,8), un centro multifuncional sin terminar. Estas son sólo algunas de las obras que se dibujan en el urbanismo burguillero, pero hay más, como el colegio a medio construir —hoy día sólo queda un esqueleto de hormigón— que costó 4,2 millones de euros; un distrito energético (2,7 millones de euros) o los 3,4 millones para un estadio en el que nunca se ha jugado un partido porque aún no está terminado.