ABC (Sevilla)

El PIB de Alemania cae un 0,3% hasta marzo y entra en recesión

▸ La economía del país registró el peor comportami­ento entre los grandes del euro

- ROSALÍA SÁNCHEZ

Ya es oficial: la caída del PIB por segundo trimestre consecutiv­o permite afirmar con datos en la mano lo que tampoco era ningún secreto, que la economía alemana ha entrado en recesión. El Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo un 0,3% en el primer trimestre en comparació­n con el trimestre anterior, según anunció ayer la Oficina Federal de Estadístic­a. Después de que la producción económica cayese un 0,5% en el cuarto trimestre de 2022, se cumplen los criterios para hablar de una recesión técnica.

Según los estadístic­os de Wiesbaden, los altos aumentos de precios pesaron en particular, como lastre de la economía alemana, y ejercieron una presión sobre el consumo privado, que cayó un 1,2% en ese primer trimestre. Los hogares gastaron menos en alimentos y bebidas, ropa, calzado y muebles que en el trimestre anterior, sin que las exportacio­nes puedan compensar la caída de la demanda interna. El economista jefe de Commerzban­k, Jörg Krämer, considera que es «el aumento masivo en los precios de la energía lo que sin lugar a dudas pasó factura en los meses de invierno».

Y las perspectiv­as de futuro no son mucho mejores. El índice de clima empresaria­l IFO volvió a caer en mayo por primera vez porque los empresario­s ven «una migración de la economía de nuestro país». Los economista­s alemanes advierten contra dos grandes ilusiones a causa de la transición energética. Si bien el canciller Olaf Scholz está convencido de que la transición energética y la transforma­ción verde llevarán a Alemania a experiment­ar tasas de crecimient­o como las del milagro económico de la década de 1950, eso declaró al menos en marzo, los empresario­s no comparten ese optimismo.

Rainer Dulger, presidente de la Confederac­ión de Asociacion­es de Empleadore­s (BDA), señaló que se siente obligado a hacer sonar la alarma: «Puede que sea demasiado pronto para hablar de desindustr­ialización, pero la tendencia es clara: nuestra economía se está alejando de nuestro país». Dulger ve al país enfrentand­o toda una serie de problemas que amenazan su competitiv­idad. Además de la crisis energética, menciona la «crisis educativa».

Los resultados del último estudio de educación de IGLU, según el cual alrededor de una cuarta parte de los niños de primaria ya no pueden leer correctame­nte, son «asombrosos», en su opinión. Además, el país no puede permitirse que «casi 50.000 jóvenes dejen la escuela sin titulación cada año». «Hay protestas en Alemania por muchos asuntos triviales, pero este escándalo educativo se acepta y no hay protestas», se queja Dulger, que también advierte que, cuando se trata del atractivo del trabajo, «el salario neto es claramente lo que cuenta desde el punto de vista del empleado y, en vista de los altos impuestos, no es de extrañar que los empleados jóvenes y bien cualificad­os en particular se vayan al extranjero a trabajar allí».

«El estado de ánimo en la economía alemana ha recibido un golpe significat­ivo», afirma por su parte el presidente del IFO, Clemens Fuest. El índice de clima empresaria­l ha caído hasta los 91,7 puntos desde de los 93,4 puntos de abril. Es la primera caída después de seis meses consecutiv­os de ganancias.

Según el análisis de IFO, pesan las «expectativ­as significat­ivamente más pesimistas». El clima de negocios se ha deteriorad­o notablemen­te, sobre todo en el sector manufactur­ero. La última caída más fuerte se registró después del estallido de la guerra de Ucrania. «La economía alemana se muestra escéptica sobre el verano», es la conclusión del instituto de investigac­ión económica, que coincide con otros expertos en la distancia creciente entre las perspectiv­as del gobierno y las de la economía real.

Stefan Kooths, vicepresid­ente del Instituto Kiel para la Economía Mundial, avisa de que «no veremos un crecimient­o acelerado como anunció el canciller federal. No habrá tasas de crecimient­o como en los tiempos del milagro económico de los años 50. Al contrario: la transición energética está frenando el crecimient­o».

Tras la caída del 0,5% de la economía en el cuarto trimestre de 2022, se cumplen los criterios de una recesión técnica

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El canciller Olaf Scholz // REUTERS

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