«Nos imponen ser un colegio privado. Francina, ¿por qué nos discriminas?»
▸ El único centro balear con educación diferenciada pide no eliminar el concierto
ten alumnos de máster», señalan desde Universitaris per la Convivència.
Los cursos de catalán en origen para los alumnos extranjeros que ofrece ahora la Generalitat a través del IRL se publicitan a través de la página web ‘Estudia catalán antes de llegar a Cataluña’. Por primera vez, recoge todos los recursos disponibles para fomentar el aprendizaje del catalán en origen por los estudiantes internacionales que prevén realizar una estancia en alguna de las doce universidades de la comunidad.
Los cursos presenciales en el país de origen son gratuitos, corresponden al nivel inicial A1 (el más básico) de aprendizaje y tienen una duración de 30 horas, impartidas de forma intensiva a lo largo de pocas semanas. «Apúntate a cursos de nivel básico en tu ciudad para poder comunicarte de forma eficaz al llegar a Cataluña. Esto te permitirá seguir las clases con comodidad, integrarte en la vida universitaria, entablar nuevas amistades y descubrir la sociedad catalana», animan desde la web a los universitarios extranjeros.
Los cursos presenciales del IRL cubren 16 universidades de ocho países (Croacia, España, Francia, Italia, Polonia, Portugal, Serbia y Chile) y pretenden llegar a 400 alumnos. Esto representa un aumento de más del doble de cursos respecto al curso pasado, cuando se ofrecieron siete en el marco del Plan piloto de preacogida lingüística al que se acogieron 100 estudiantes. «Van a por los niños. Lo tengo claro». Rosalía Cortés tiene siete nietos escolarizados en Aixa y Llaüt, el único colegio de Baleares con educación diferenciada. Está indignada porque el Gobierno balear de Francina Armengol le acaba de retirar el concierto a este centro, dejando en el limbo a sus nietos y a otros 730 alumnos. Con un silbato en la mano, hincha globos sentada en un banco enfrente del Consolat de Mar. Es viernes por la tarde y ha venido a protestar delante de la sede del Gobierno porque la decisión le parece un atropello.
«La incertidumbre es total. No sabemos qué va a pasar el próximo curso», asegura impotente sobre la «decisión política e ideológica» de Armengol que, en su opinión, persigue «controlar a los niños desde pequeños e imponerles su ideología». Este centro concertado, vinculado al Opus Dei, lleva desde 2011 batallando su derecho a ser sufragado con fondos públicos pero cada vez que gobierna la izquierda en Baleares se le ha denegado y ha tenido que acudir a los juzgados para que le den la razón. Hasta ahora había salvado el concierto con sentencias judiciales pero con la aprobación de la Lomloe, que prohibe sufragar colegios con educación diferenciada, y el posterior aval del Tribunal Constitucional, la situación se ha puesto difícil y no le queda más remedio que transformarse en un centro mixto.
La Consejería de Educación comunicó a Aixa y Llaüt que dejaría de sufragarlo con fondos públicos a partir del próximo curso. La dirección del colegio manifestó su voluntad de acatar la Lomloe y se comprometió a empezar a incluir clases mixtas desde 1º de Primaria el próximo curso e ir incrementándolo progresivamente. El departamento comandado por el consejero socialista Martí March se ha negado en redondo y le exige que implante clases mixtas en todas las etapas desde el curso 23-24. La inflexibilidad de March ha encendido a las familias, profesores y estudiantes, que salieron a manifestarse el pasado viernes ante la sede del gobierno autonómico al grito de «Armengol, no tienes corazón» o «Francina, por qué nos discriminas». «En Cataluña, la Generalitat también intentó suprimir de golpe el concierto, al igual que en Baleares pero la justicia dio medidas cautelares que permitieron mantener el concierto educativo», explica Juan José Ferrando, director general de Aixa y Llaüt. Su petición es sencilla: «Queremos acatar la ley pero que nos den tiempo para aplicarla, tenemos unos derechos adquiridos de alumnos que empezaron su estudios en un colegio concertado y con enseñanza diferenciada». Rainier Boshoff tiene cuatro hijos y protesta en plena calle con su hija pequeña en brazos. «Es muy triste. Yo confío en la libertad de decidir de la gente. No pretendemos extender nuestro modelo educativo a todo el mundo, tampoco decimos que sea el mejor, pero es el nuestro», defiende en alusión a la educación diferenciada que separa a niños y niñas en las clases.
Contra los valores cristianos
Cree que la decisión del Ejecutivo autonómico se ha tomado por un tema ideológico. «No les gusta que enseñemos valores cristianos en el colegio. Ahora van a por nosotros pero después irán a por todos los colegios concertados católicos», augura. La sensación de las familias y profesores es que detrás de esta decisión se quiere «cerrar el colegio».
Blanca de Ugarte tiene dos hijos en Infantil y dos en Primaria. «Y no tengo plan B», avisa sin la menor intención de cambiar a los niños de centro. «No es sólo un colegio, es más que una familia para nosotros». Si hace falta, dice, se apretará el cinturón para asumir cuatro cuotas. Esta madre está dispuesta a que su hijo pequeño reciba educación mixta. No le parece mal siempre que se mantenga el concierto. Pero opina que los alumnos de cursos superiores tienen derecho a seguir recibiendo educación diferenciada.
De momento, el centro se ha comprometido a mantener las mismas condiciones para las familias, a la espera de la resolución. Hay visos de esperanza después de que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares y la sala de lo contencioso admitiera las medidas cautelares para preinscribir a nuevos alumnos. La consejería había cerrado el programa informático Gestib a Aixa y Llaüt, impidiendo las nuevas inscripciones, pero lo ha vuelto a activar por indicación judicial. En la última semana el colegio ha podido registrar 70 nuevas solicitudes.