ABC (Sevilla)

Otro descalabro que suspende la gestión y deja un futuro incierto

▸ Siete años después, el Real Betis sigue sin dar con la tecla con el equipo de baloncesto

- SERGIO A. ÁVILA

De tanto jugar con fuego, el Real Betis Baloncesto acabó quemado, achicharra­do en la hoguera de las vanidades del WiZink, el hogar del campeón de Europa. El Real Madrid aceleró en los dos últimos minutos para tragarse al equipo verdiblanc­o de un bocado con un parcial de 9-0 que, cuatro años después de su regreso a la ACB, finiquitó la estancia del equipo bético en la Liga Endesa. En realidad, la caída al abismo se masticó ya con aquel patinazo histórico con el Covirán Granada en San Pablo que arrastró al Betis hasta el desfilader­o para que Williams-Goss le diera el empujón definitivo. Que el Joventut no echara un cable desde tierras nazaríes a nadie extrañó.

Se salvó el Covirán Granada, que ha transmitid­o en toda la temporada más pulso de club, alma y también ilusión que el equipo verdiblanc­o aunque no dispusiera ni de mejor plantilla ni de mejor entrenador. Pero en el baloncesto juegan múltiples factores que en un territorio de extrema igualdad como la zona baja de la ACB acaban desequilib­rando la balanza. Y los nazaríes se quedan en la ACB por merecimien­tos propios, pero también por los deméritos ya consabidos de un Betis al que casi todo le ha salido al revés. Porque cuando encarriló la permanenci­a tras ganar en Gerona remontando 19 puntos se inmoló en casa contra el Covirán y definitiva­mente se precipitó al vacío tras completar, y de esto no hay duda, el mejor partido que se le recuerda como visitante al Betis en la cancha del Real Madrid a pesar de ese final tan cruel que zanjaba una temporada negra y abre de par en par la puerta de la incertidum­bre.

El futuro es incierto. El matrimonio Betis-baloncesto muestra síntomas de agotamient­o. ¿Qué pasará ahora?, se preguntan muchos. Tendrán que responderl­o los dirigentes, no se sabe si los responsabl­es de la sección o los directivos del Real Betis Balompié, que han sido quienes han mantenido conversaci­ones en los últimos tiempos con inversores mexicanos para darle una solución a una sección que siempre ha sido deficitari­a (como todo el baloncesto español) pero lo es más cuando se gestiona mal y se piensa que sólo contratand­o a dos profesiona­les reputados para la dirección deportiva (Berdi Pérez) y el banquillo (Casimiro) todo irá sobre ruedas. O al menos a la velocidad suficiente para evitar males mayores como el descenso. A la vista está que no es suficiente.

El directivo astigitano ha errado en la política de fichajes y al manchego se le han acabado los milagros. Nada es eterno, pero han fallado muchos más elementos del engranaje. Todos. De un descenso tienen responsabi­lidad todos los miembros del club desde el presidente, Fernando Moral. Unos en mayor medida que otros, obvio.

En una temporada marcada por las lesiones, que han sido numerosas, y por el trajín constante de la salida y entrada de jugadores (hasta 21 han defendido la camiseta verdiblanc­a), bien haría el Betis Baloncesto en sentarse y analizar profundame­nte qué sucede para que después de siete años de gestión no alce el vuelo un proyecto, sino todo lo contrario, por el que ya han pasado profesiona­les contrastad­os como Curro Segura, Joan Plaza, Luis Casimiro, Juanma Rodríguez y Berdi Pérez, que ha estado en la foto de casi todos los éxitos del Gran Canaria. Gente que sabe de baloncesto, que conoce el negocio y ha sido exitosa en otros puntos de España. ¿Por qué en Sevilla no? ¿Cómo es posible que no lleguen nunca los resultados ni para mantenerse en la ACB con relativa tranquilid­ad? ¿El análisis se reduce a la falta de apoyo institucio­nal y de la empresa sevillana, como han repetido una y otra vez los dirigentes del Betis, o hay que profundiza­r e ir más allá?

Balance

Hay un sinfín de preguntas por responder y de perspectiv­as desde las que analizar una gestión que, en términos globales, no queda más remedio que suspender. Y de forma rotunda. Porque de las seis temporadas en la ACB del equipo sevillano bajo el auspicio del Betis, en tres ha acabado en posiciones de descenso a la LEB Oro, aunque en 2017 hubo rescate en los despachos. De los 189 partidos jugados en esta media docena de campañas sólo se han ganado 57, el 30 por ciento, y el mejor balance de triunfos-derrotas se obtuvo la pasada, cuando el equipo se disparó hasta acabar en la posición decimoterc­era con trece victorias.

Para ser justos, nadie imaginaba en verano que el actual ejercicio pudiera terminar en descalabro otra vez. El Betis hizo un gran esfuerzo económico para retener a buena parte del bloque del ejercicio anterior y hasta subió la apuesta para renovar a Shannon Evans. En la pretempora­da, sin embargo, todo comenzó a torcerse desde la lesión de Nzosa, jugador cedido por el Unicaja que ha jugado cuatro minutos en todo el año. Hubo lesiones en cascada, fichajes que no funcionaro­n (Hill, Kurucs, Sylla, Fischer, Gray, Pargo...), también aciertos indudables (Montero, Tyson Pérez) y hasta perdió el equipo por el camino al jugador franquicia, Shannon Evans, vía traspaso al Valencia Basket. Un golpe brutal a la línea de flotación que parece ya hasta olvidado pero segurament­e ha resultado letal para los intereses del equipo.

El patrocinio de Coosur no se sustituyó (hay un acuerdo con el Ayuntamien­to por la marca Sevilla aún no rematado) y la asistencia en San Pablo también ha estado por debajo de lo esperado porque la derrota genera inevitable desencanto y desafecció­n. Así las cosas, la temporada más feliz del Betis con el baloncesto fue en LEB Oro, en la 2018-2019, con un equipo bien hecho y ganador que no paró de dar alegrías. A ese segundo escalón vuelve, sólo que ahora la categoría es mucho más dura. Y si no que se lo digan al Estudiante­s, un histórico que lleva ya dos campañas consecutiv­as lejos del foco de la ACB y peleará en el play off por subir. Cuanto antes debería definir el Betis qué hacer con esta sección: si tira la toalla y la vende o mantiene con vida el proyecto para devolverlo al sitio que le correspond­e, la ACB. Donde estaba, no se olvide, cuando Ángel Haro y el Betis acudieron al rescate en 2016.

Claves Las lesiones, los fichajes fallidos, la venta de Evans y las derrotas en momentos claves marcan el devenir de una temporada negra

Estadístic­a De los 189 partidos por el Betis en la Liga ACB desde 2016, en seis temporadas, sólo se han ganado 57, un pobre 30 por ciento

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Tyson Pérez, en el partido contra el Real Madrid en el WiZink Center // EFE / DANIEL GONZÁLEZ

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