Feijóo busca comprometer el futuro del líder socialista y minimizar a Vox
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El PP pretendía que el 28 de mayo fuera una suerte de primera vuelta de las elecciones generales. No iba a ser sencillo porque enfrente se encontraba un poder institucional mayoritariamente en manos del PSOE en los gobiernos autonómicos y en las principales ciudades. Y luchar contra la certeza de que los electores iban a diferenciar entre Pedro Sánchez y los candidatos locales.
Pero de repente el viento ha empezado a soplar en esa dirección. Y, como dicen en Génova, solo ha habido que ajustar el rumbo para aprovechar el viento de cola. Si no puedes ajustar el viento entonces ajusta las velas. El PP ha terminado la campaña electoral con optimismo porque «al PSOE no le ha podido salir peor la campaña». Creen que nada de lo sucedido en las últimas semanas facilita una movilización excepcional de su base electoral. En primer lugar la decisión de Pedro Sánchez de protagonizar la campaña con una sucesión de anuncios ha ayudado a poner el foco sobre el presidente del Gobierno. «Ha quitado el protagonismo a sus candidatos», opinan desde una baronía del PP.
Pero la gran corriente de fondo en la campaña electoral han sido las candidaturas de Bildu que incluían condena
Las listas de Bildu colonizaron la campaña y permitieron al PP poner el foco en los pactos de Pedro Sánchez, lo que siempre consideran su flanco más débil.
Duranta la sucesión de mítines de estos días Feijóo ha dejado ver de forma muy nítida que quiere ensanchar la base del PP y que para ello debe mirar hacia los antiguos votantes de Ciudadanos pero también a descontentos del PSOE.
dos por terrorismo. «Nosotros no hemos metido a Bildu en campaña. Han sido ellos haciendo esas listas. Y teniendo muy poca consideración con el PSOE, por cierto», analizan en el PP. Además de que la cuestión les parezca grave en sí misma, Génova no oculta que en términos estratégicos les ha permitido poner el foco en lo que consideran el punto más flaco del PSOE: las alianzas de Pedro Sánchez. El asunto ha posibilitado a ojos del PP «arruinar» el proceso de normalización pretendido sobre Bildu desde hace cinco años.
Al PP la cuestión se le empezó a torcer cuando el debate giró hacia si Bildu debía ser o no ilegalizado. Con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, demandando al menos que se estudie la ilegalización. Gé
Es el elefante en la habitación. El PP intenta orillarlo. Sin referencias. El PP no quiere vender la idea de que la alianza es inevitable. Tras las elecciones intentará gobernar en solitario.
Génova descuenta un buen resultado y ganar en número de votos las elecciones municipales. Tienen buenos datos pero evitan dar nada por hecho porque las sumas para gobernar pueden depender de muy pocos escaños.
nova concluyó desde el principio que la Ley de Partidos no aplica sin la existencia activa de una banda terrorista. Posiciones distintas que algunos lamentan y otros ponen en valor porque entienden que Ayuso está en campaña.
El voto útil
A partir de ahí Feijóo lo ha mantenido como un elemento de fondo en sus mítines. No ha caído en el olvido. Al contrario, en los últimos lo ha vuelto a recordar. Pero ha querido potenciar otros mensajes. Desde el pasado fin de semana, primero en Sevilla y luego en la plaza de toros de Valencia, el líder del PP ha destacado la necesidad de la movilización y la concentración del voto en torno a las siglas del PP como garantía de cambio. En el mitin central de la campaña se dirigió específicamente a votantes de CS, Vox y a los «avergonzados» del PSOE. Fue la única vez en estas más de dos semanas que mencionó a Vox. Mientras que la apelación a los socialistas también busca romper la sensación de que Sánchez y algunos barones del PSOE son cosas distintas.
El PP busca erosionar hasta el final la base electoral que le pueda quedar a Ciudadanos. La mayoría necesaria para gobernar puede decidirse en muy pocos escaños. Pero, además, el grueso de dirigentes del PP anhelan un escenario de gobernabilidad en el que tengan la fuerza suficiente para poder forzar a Vox a apoyar sus investiduras y gobernar en solitario. La del PP ha sido una campaña con el viento a favor y en velocidad de crucero. Pero en el horizonte y antes de llegar a puerto se atisba ya una sucesión de riscos en forma de acuerdos con Vox. El PP quiere superarlo pasando de largo. Pero aún es pronto para saber si podrá conseguirlo.
El último cisne negro de la campaña ha sido la sucesión de casos de fraude electoral en distintos puntos de España con afectación para el PSOE. En torno a ese elemento ha articulado Feijóo sus últimos mensajes desde Murcia, Albacete o Madrid en favor de una movilización masiva el domingo. A este último propósito temen en algunos territorios cómo pueda afectar las previsiones meteorológicas que apuntan a fuertes precipitaciones. No hay consenso sobre cómo y a quién afectará más.
Los dirigentes nacionales que llevan semanas recorriendo España refieren sensaciones muy positivas. Pero nadie quiere dar nada por hecho. La sensación en muchos territorios es que el momento es propicio y que no hay certezas de que el siguiente ciclo electoral vaya a serlo más. Feijóo ha lanzado mensajes en esa dirección estos últimos días. «Todavía no hemos conseguido nada», dijo el miércoles en Zaragoza. «No podemos desaprovechar esta oportunidad histórica», señaló el jueves en Valencia. Los gobiernos se decidirán en muy pocos votos y el triunfalismo puede ser contraproducente.
El PP sí que ve muy cerca la posibilidad de ganar en votos las elecciones municipales. Ese será uno de los principales mensajes de Génova el domingo, lo que entienden que de forma clara expresa el cambio de ciclo: pasar de una desventaja de 1,6 millones de votos en el conjunto de municipios de España a una victoria. La contundencia de esa ventaja en el número total de sufragios será clave para lanzar el mensaje de que el tiempo político de Pedro Sánchez se ha terminado.
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