Juan, que no se te pase la Velá
▸ Espadas acaba de pegar el mayor petardazo que se le recuerda a un político por estas latitudes: se le ha olvidado pagar la tasa de la caseta de la Feria. A Juan no le queda otra que pedir la amnistía al PP
Hay ahora mismo una liada enorme en el PSOE andaluz. Ni la pérdida de la Junta, ni la de la Alcaldía dolió tanto. Juan Espadas acaba de pegar el mayor petardazo que se le recuerda a un político por estas latitudes: se le ha olvidado pagar la tasa de la caseta de la Feria. Ha dejado a todos y todas los afiliados y afiliadas sin caseta. Y no era una cualquiera, cinco módulos al lado de la portada, de acceso libre, donde sí se permitía sacar los tanques a la calle, y lo que no son tanques, porque la caseta del PSOE era un macrobotellódromo nocturno. A Juan ya no le queda otra que pedir la amnistía a su propia gente... y al PP. Paradojas de la vida. Pero, por si acaso la fachosfera le niega el pacto, ha tratado de politizar el asunto dejando entrever que detrás de todo puede haber una maniobra para castigar a su formación. Una especie de ‘ lawfare’ en el servicio de Fiestas Mayores. Y ha anunciado que irá a los tribunales, y a donde haga falta, porque ese día no funcionaba el wifi en la sede del PSOE y no pudo hacerse la transferencia.
Al día siguiente de que Óscar Puente defendiera la amnistía para «ahorrar trabajo a la Justicia», viene Espadas a presentar una demanda contencioso-administrativa para no perder la caseta de Feria en un ejercicio de coherencia política. Sólo le queda pedirle al tan diplomático ministro que venga a Sevilla en misión de paz y que, en lo que sería un nuevo cambio de opinión del Gobierno, anuncie los túneles en vez del puente de la SE-40. Y, en plena desesperación, le queda también la baza de los presupuestos municipales: «Antonio, soy Juan. Si me pongo pesado me lo dices, pero anda, llámate a José Luis y dile que esas cuentas que ha presentado son muy progres y que se las aprobamos, pero a cambio de la amnistía de la caseta».
Lo peor para Juan fue cuando puso ayer Telecinco y vio a Susana Díaz con las lágrimas saltadas y a carcajada limpia: «Si se pierde es para siempre», le escuchó decir a su antecesora, en lo que claramente era un dardo envenenado y con regusto incluido, que a Juan se le quedó pegado en el paladar como el pan de montadito de la Feria. El trance ha sido gordo, porque perder la caseta es como una condena al exilio y al repudio en una familia. Y esto es lo que le faltaba ya a la suya. Quien mejor lo entiende es Pedro, que lo vivió en sus carnes cuando perdió Ferraz por culpa precisamente de Susana. Pero la historia acabó bien después. Por eso, Sánchez llamó ayer a Espadas en el tipo del Selu para tranquilizarlo: «Hay que ver Juanito, Juan, después tú me dirás, lo mucho que me aguantas. No te quejes tú de mí porque a veces soy yo a ti... el que te tiene que aguantar. Y parecemos la Piedad. Juan, me voy a ir a tu caseta a vivir, aunque me tengan que desahuciar». Y, como en ese meme que está dando la vuelta al Twitter, terminó: «Juan, que no se te pase la de la Velá».
La culpa es de otro Ha tratado de politizar el asunto dejando entrever que detrás hay ‘lawfare’ en Fiestas Mayores