«Si no tienes ayuda de tu familia no te metes a ser agricultor»
▸ Ingeniera agrónoma, con sólo 24 años lleva el olivar familiar, que está sometiendo a una modernización
Sara Moreno lo tuvo claro desde pequeña y con 18 años ya comenzó a hacerse cargo del olivar familiar. Ahora, cuando ha cumplido los 24 años, gestiona la explotación de su familia en Villanueva del Trabuco (Málaga), donde ya han modernizado los sistemas de riego y colocado una estación meteorológica. Está en otra tractorada, no es la primera en este mes. Ha estado en cortes de carretera en Córdoba y en concentraciones para reivindicar un futuro para el campo. Ella es parte un relevo generacional que es una rareza, pues los jóvenes no suelen apostar por trabajar en el campo. Prefieren otro tipo de empleos. Sara Moreno comprende a aquellos que huyen de la labor. «El campo tiene muchas trabas. Los costes de producción son muy grandes y los márgenes, estrechos. Se necesitan incentivos económicos para atraer a los jóvenes a este sector. Ahora mismo, si no tienes ayuda de tu familia, no te metes a ser agricultor y a trabajar en el campo», afirma esta emprendedora.
Para ella fue posible por la ayuda de su padre y de su abuelo para coger las riendas de su propia explotación, pero no es lo habitual. «La gente que no tiene alguien así es muy complicado que puedan empezar. Para mí la familia siempre ha estado ahí. Sin ellos está muy complicado. En este sector hay muchos problemas que solventar y necesitas quien tenga experiencia, además no llueve y la política tampoco ayuda a que podamos mejorar», remarca Moreno.
La jornada
Esta joven agricultora, como el resto de los de su gremio, sale muy temprano de casa. Sobre las ocho de la mañana ya está recogiendo a la cuadrilla para poder llevarlos al campo a recoger la aceituna. Si no hay campaña está atenta a los árboles y lo que necesitan, desde las talas hasta los tratamientos para las plagas. «Una de las cosas es triturar los restos de poda para poder convertirlos en materia orgánica para el propio olivar», afirma. Ella está todo el año pendiente del olivar y del cielo. «Ahora el principal problema que me encuentro cada mañana al llegar al campo es que no llueve. La sequía es lo peor», añade.
La falta de agua es un problema importante, pero no el único. Sara Moreno tira de hoja de reivindicación y exige que se simplifique toda la burocracia que afecta a los agricultores y que los saca de sus labores para convertirlos en gestores. «Además, la agenda 2030 que quieren imponer pone muchos obstáculos. Queremos producir y no nos dejan», concluye.