Un supermartes superaburrido
¿Por qué las primarias de EE.UU. han dejado de ser interesantes?
Hubo un tiempo en el que los dos grandes partidos políticos en EE.UU. demostraban su fortaleza utilizando un proceso gradual y ordenado de primarias para elegir a sus candidatos presidenciales con ayuda del voto popular. Republicanos y demócratas eran capaces de organizar un proceso competitivo para seleccionar candidatos viables. Incluso llegaron a inventarse el supermartes, una especie de ‘muerte súbita’ con votaciones simultáneas en un número significativo de Estados de la Unión para contar con un favorito a la altura de marzo.
Aquella época dorada de la política americana, que empezó con la primera elección de Franklin Delano Roosevelt en 1932, se acabó hace tiempo. Entre todos la mataron y ella sola se murió sin poder sobreponerse a tanta gerontocracia y la devastación del nacional-populismo. De hecho, la gran crisis de los partidos políticos volverá a quedar en evidencia con este supermartes sin sorpresas, tan inútil como un calendario del año pasado.
Otra vez, las presidenciales de noviembre serán un pulso entre Trump y Biden. Un gran botellón geriátrico con barra libre de sintrom, tan aburrido que los estadounidenses están dejando de ver en televisión la cobertura electoral para desgracia de las grandes cadenas que esperaban cuadrar sus cuentas con otro lucrativo ciclo de trumpismo. Sin embargo, la reposición de ‘Biden vs. Trump’ está reduciendo sus audiencias hasta la mitad. Solamente la Justicia y la prensa son capaces de animar un poco esta tediosa apocalipsis sin trompetas. En una decisión acelerada por el calendario electoral, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha dictaminado por unanimidad que no se puede eliminar el nombre de Donald Trump de las papeletas de las primarias. No importa su presunta participación en una insurrección contra el gobierno federal (como señala la enmienda 14 de la Constitución aprobada tras la guerra civil).
El ‘New York Times’ también ha intentado animar la ‘cosa’ publicando este sábado una entretenida encuesta: si las elecciones presidenciales se celebrasen no dentro de nueve meses sino hoy, el expresidente Trump obtendría una ventaja del 4% sobre el presidente Biden.