Puerto de Cuba se une a Altadis y las Cigarreras para potenciar el río
▸Urbanismo da licencia al promotor de Río Grande un año después de la paralización para recuperar el espacio ▸Sólo queda pendiente el solar de la comisaría para revitalizar la ribera de la calle Betis hasta Los Remedios
La Gerencia de Urbanismo ha concedido licencia al propietario del suelo del antiguo Puerto de Cuba para volver a habilitarlo como terraza dependiente del restaurante Río Grande. Este espacio, situado junto al puente del San Telmo, era uno de los más codiciados por los inversores por la excelente ubicación y por ser ya el último disponible de titularidad privada a pie de río. Un año ha necesitado el órgano municipal, desde que ordenó la paralización de las obras, para redactar un dictamen en el que termina aprobando el plan del promotor. No obstante, ese permiso está sujeto a una serie de condiciones para que el entorno quede lo más limpio posible.
El diseño definitivo incluye muchos menos elementos de los que tenía la terraza originalmente. Los nuevos gestores podrán utilizar las dependencias de planta cerrada que están adosadas a la cabecera del puente, también la zona de la barra, que seguirá cubierta y conservará el toldo. La licencia también obliga a conservar toda la masa arbórea, el malecón y las bajadas a los embarcaderos.
Y tendrá que ser un negocio dependiente del que está anexo, pues dadas las características de este suelo y por el enclave en el que se encuentra, está considerado como zona acústicamente saturada», lo que impide que pueda funcionar como un espacio independiente como lo estuvo haciendo en la etapa anterior durante la que los anteriores inquilinos utilizaban la licencia del restaurante para servir copas, siendo dos establecimientos diferenciados.
Con este último trámite las sociedades del empresario Miguel Gallego, que se hicieron con la propiedad hace cinco años, pueden completar el proyecto. Con ello se culmina todo el desarrollo de la ribera de Los Remedios, abandonada durante décadas. De hecho, en un par de años quedará urbanizado todo el entorno de los puentes con el Jardín de las Cigarreras, Altadis y esta última iniciativa empresarial que permite recuperar el espacio abierto junto al puente de San Telmo.
El diseño autorizado por Urbanismo recoge una pérgola con especies vegetales que darán sombra y dos zonas de veladores separadas entre sí, dejando liberada la parte más cercana al embarcadero. El jardín estará compuesto de palmeras washingtonias, jacarandas, magnolios, strelitzia nicolai –una planta de hoja ancha habitual en muchas viviendas–, yucas y palmitos.
La intención es que todo esté terminado en unos meses para que se pueda utilizar este verano. Llegar a este punto no ha sido nada fácil, después de un proceso judicial con los antiguos inquilinos a los que se llegó a desahuciar de manera irregular y la resistencia de los mismos a abandonar el espacio. El último fallo llegó hace tres años en un proceso en el que los anteriores empresarios hosteleros denunciaron al Ayuntamiento por precintar el establecimiento. El motivo es que carecían de licencia para funcionar y lo hacían con la de la antigua propietaria de Río Grande, pero al tratarse de dos empresas distintas, el juez respaldó el cierre.
Zanjado el asunto, los nuevos dueños hicieron uso de su propiedad y remodelaron el mencionado restaurante extendiendo las obras a la terraza anexa, unos trabajos que terminaron paralizados por carecer también ellos de los permisos necesarios. Es ahora cuando la Gerencia lo ha concedido y se podrá completar el proyecto. En todo este paseo que va desde el antiguo Puerto de Cuba, situado en el número 69 de la calle Betis hasta que empieza la zapata, sólo queda un único punto negro que es el solar de la comisaría de Policía Nacional.
El único punto negro
Este enclave, situado en pleno paseo fluvial, se ha convertido en un foco de suciedad y también en refugio de indigentes que pasan la noche en pésimas condiciones. De manera recurrente se ha ido consolidando un asentamiento a base de tablas, plásticos y hasta alguna tienda de campaña. En algunas ocasiones se ha desmantelado, pero se vuelve a instalar. El aspecto de la zona deja mucho que desear y se ha degradado enormemente, a pesar de tratarse de una ubicación especialmente sensible y altamente frecuentado por turistas. Ya había quejas de los vecinos y de los negocios cercanos durante los años de abandono de la propia comisaría y del estado de los jardines adyacentes. Ahora que no existe el edificio, la decadencia del escenario es aún más aguda. Han pasado ya tres años de su derribo y otros tres del cierre definitivo de las instalaciones policiales y no hay ningún proyecto a la vista para recuperar el espacio para el ciudadano.
Lo que sí tendrá un cambio a corto y medio plazo es el muelle Camaronero donde la Autoridad Portuaria ha sacado a concurso una concesión de un quiosco que ocupará una parte del mismo, situado junto al solar de la comisaría. El pliego de bases recoge las cláusulas y requisitos solicitados a los licitadores para optar du
En dos años estará reurbanizada toda la ribera de Los Remedios para el uso ciudadano tras décadas de abandono
rante un plazo máximo de diez años a la explotación de un quiosco-bar de 80 metros cuadrados sobre una parcela de 250 metros. En total, el muelle Camaronero ocupa una superficie de 1.350 metros cuadrados. Con ello se pretende revitalizar el espacio, pero la imagen del solar vecino no parece muy amable para los clientes del nuevo quiosco bar.