Marcelino vuelve al infierno
Como Dante Alighieri en la ‘Divina Comedia’, Marcelino se dispone a entrar en el infierno para verse las caras con una de las aficiones más poderosas y agresivas de Europa, la del Olympique de Marsella. Un conglomerado que el asturiano conoce a las mil maravillas, pues fue uno de los principales culpables de que le despidieran del club francés el 20 de septiembre del año pasado. Hoy, el técnico volverá a mirar a los ojos al diablo, esta vez como director del Villarreal en la ida de octavos de final de la Europa League.
El mundo del fútbol se quedó atónito cuando hace casi seis meses, ultras marselleses entraron en la ciudad deportiva del Olympique y, de manera muy autoritaria, pidieron tanto la dimisión de Marcelino como de su principal valedor, el también español Pablo Longoria, presidente del club. Longoria no tenía intención de ceder a las presiones, pues el Marsella era tercero en liga, un punto por encima del PSG y a dos del líder, el Mónaco.
Pero el directivo recibió amenazas de muerte y tomó la decisión de entregar la cabeza de Marcelino para salvar la suya. Los aficionados del Marsella iban muy en serio, estaban dispuestos a ir a «una guerra» contra la ejecutiva, como aseguró Longoria tras la reunión programada. Y así fue como terminó la etapa más convulsa de la longeva carrera de Marcelino García Toral en los banquillos.
Ha cambiado mucho el Marsella desde entonces. Longoria sigue como presidente, bunkerizado el asturiano de 38 años en el cargo. Pero este ha aplicado una fuerte remodelación en la estructura del club en los últimos meses, con el exfutbolista Mehdi Benatia como director deportivo, el veterano Jean-Louis Gasset sentado en el banquillo y con Aubameyang, ex del Barça, como astro goleador. Pero hay cosas que no cambian, y sus aficionados siguen siendo un dolor de cabeza.
Hacerle una brecha con una pedrada al entrenador del Olympique de Lyon, Fabio Grosso, antes de un duelo o generar una batalla campal contra seguidores del Shakhtar el pasado 22 de febrero son sus últimas fechorías. De hecho, ante el Villarreal, la curva norte de su estadio estará vacía por sanción debido al incidente con los ucranianos. Ahora vuelve Marcelino, y le toca elegir entre venganza o nueva sumisión.