Si yo fuera Puigdemont...
EN CLAVE DE TRON
...Me plantaba en Barcelona. Con todo el despliegue de cámaras y periodistas posible. Que me detengan. Total, va a ser por un ratillo
TODO este desgobierno empezó (conviene recordarlo) con una moción de censura a Mariano Rajoy. Ahí empezaron los chantajes, las cesiones, la deriva, las humillaciones y así, poco a poco, hasta hoy. Desde aquella moción inconcebible y suicida, que ganó Pedro Sánchez con Pablo Iglesias, Bildu, Puigdemont (ya huido), Esquerra Republicana y la traición del PNV, hemos llegado a este descontrol de país.
Luego Sánchez se rodeó de la banda que disparaba torcido. A saber: Santos Cerdán, Ábalos, Marlaska, María Jesús Montero, el propio Pablo Iglesias, Irene Montero, Yolanda Díaz, más Otegui, Junqueras... y llegaron los indultos y ha vuelto a gobernar por los pelos. Bueno, por los pelos y por las mentiras.
En estas que los inauditos socios elevan la apuesta. Le ven tan engreído como demacrado y se aprovechan. Como en el ‘ninot’. Y se plantea la amnistía, y Súper Yoli mata a Pablo, aparecen Koldo, Ábalos y las cosas de Begoña (¡ojo!, que el capítulo de Begoña Gómez no ha hecho más que empezar) y los socios se sacan los ojos (aparentemente) en Cataluña. Y nos plantamos en las elecciones anticipadas al Parlamento catalán.
¿Qué pasa? Pues que se pactó la amnistía a cambio de los Presupuestos Generales del Estado para confirmar la legislatura entera y resulta que tenenos amnistía para los golpistas pero sin Presupuestos. Lo que viene siendo un pan como unas tortas en un ridículo impagable.
En estas que ha empezado, de facto, la campaña catalana con Puigdemont como protagonista único. Ni Salvador Illa (a ver qué más sale de las mascarillas), ni Pere Aragonès o Junqueras (que no saben por dónde les viene el aire), ni los contactos entre PP y Ciudadanos (ya les vale) importan un bledo. Pedro Sánchez ha alimentado al monstruo Puigdemont y ahora se cree Napoleón.
Si yo fuera Carles Puigdemont, me presentaba como número uno de Junts, desde el ‘exili’. Incluso me plantaba en el centro de Barcelona a las doce de la noche del día de inicio oficial de campaña para que me detuvieran con todas las cámaras delante. Y arranco como un superhéroe o, mejor aún, como un mártir.
Al fin y al cabo es cuestión de pasar un ratito detenido porque a las pocas semanas va a salir amnistiado.
Otra vez: gracias, Pedro.
PD. En menos de un año hemos ‘ celebrado’ seis elecciones en España: autonómicas y municipales en mayo pasado, elecciones generales en julio, las gallegas hace un mes... las próximas, en abril, en el País Vasco, y luego las autonómicas catalanas. ¡Ah!, y en junio las elecciones europeas.
Así no hay quien viva. En España hay elecciones siempre, de cualquier tipo, y así no hay quien pueda gobernar nada, ni pensar en el medio y largo plazo. Sólo se piensa en la próxima cita con las urnas sea para lo que fuere.