El Betis alza de nuevo el vuelo
▸ Se desquita de la dura derrota en Burgos y recupera la novena plaza, de play off, con su cuarto triunfo a domicilio
modo muy coral. Obviamente, se esperaba que el Grupo Alega reaccionase. Lo hizo al comienzo del segundo cuarto, echando los pestillos en defensa. Savignani llamó a sus hombres a capítulo tras encajar canasta de Bulic (16-25). El Betis había extraviado el GPS de los caminos hacia el aro adversario. Elegía peor y erraba. Además, con su casillero a cero, Polanco se empecinó en buscar el uno contra uno sin conseguir su objetivo.
La ceguera de los cántabros desde el triple (1/14), menos mal, le daba un respiro al Betis, que descongestionó su ataque con un triple y dos libres de Faggiano (20-34). Con el regreso de Joaquín Rodríguez y DeBisschop, la sociedad devengó más beneficios. El uruguayo leía a la perfección las continuaciones del pívot y éste, agradecido, culminaba el trabajo (23-38). Se encastillaba en defensa el equipo, con DeBisschop cerrando el rebote, y salía como una centella (23-41). Los veinte de ventaja los canjeó Faggiano en transición (23-43), sin centinelas cántabros. Una excepcional canasta de Joaquín Rodríguez sellaba la excelsa primera parte bética, plena de autoridad (26-45). Había dejado expedito el camino a la victoria liderado por Faggiano (13 puntos), Joaquín Rodríguez (7 asistencias) y DeBisshop (10 puntos, sin fallo en el tiro). Ganaba por 19 a contra estilo: dominando los tableros (61% en tiros de dos y 19 rebotes) y sin los puntos de Polanco, en blanco.
De vuelta del receso, el Grupo Alega subió sus revoluciones y así orques
CLASIFICACIÓN tó la rebelión, desde la defensa. DeBisschop se colgó por quinta vez del aro en un parcial de 7-2 (33-47) que no le gustó un pelo a Savignani. Joaquín Rodríguez notaba la fatiga, o eso parecía, y Polanco seguía de lo más impreciso, atascado. No estaba. Era el peor momento del Betis, desestabilizado. Estropeaba poco a poco su carta de tiro y el Cantabria bajaba de los diez con un parcial de 15-3 (41-48).
Sufre tras el descanso
Vivía el Betis de las rentas y estaba sufriendo. Puede que las piernas sintieran el esfuerzo de los dos encuentros de la semana, ambos a domicilio. Dos rebotes ofensivos (Wembi y Dedovic) dieron aire al equipo cuando más exigido estaba y el brasileño Da Silva, hiperactivo, se había apoderado del juego interior. La ausencia de DeBisschop la acusaba el Betis y la ventaja adelgazaba (46-52). El nerviosismo sacudía el espinazo verdiblanco hasta que Joaquín Rodríguez maquilló un pésimo tercer cuarto de su equipo con el triple final (47-56) para contener la onda expansiva de su rival (21-11).
Kuksiks se liberaba al fin de sus cadenas anotando su primer triple y un robo del multiusos Rodríguez lo convirtió Pablo Marín (47-61). Otra vez atizaba Kuksiks (49-64) cuando ya el exterior uruguayo del Betis había hecho suyo el partido y elevó a 18 sus puntos para encarrilar el triunfo (5469). No había dicho su última palabra el anfitrión, que a falta de cuatro minutos estaba diez abajo (59-69), aún con la esperanza de voltear la situación. Berzins culminó su mal partido con una técnica de la que afortunadamente no sacaron petróleo los locales (60-69).
Almazán, tocado de la espalda, dio el susto al retirarse lesionado y DeBisschop abrochaba su actuación más completa como bético gracias a un dos más uno que, ya sí, vencía la resistencia cántabra. La victoria, cuarta a domicilio de una plantilla que tiene mucho mérito, estaba empaquetada.