Calerito: «Merece la pena todo lo que he sufrido y luchado»
▸ Lama de Góngora, con una oreja, se mostró feliz: «Sevilla lo merece todo» Brindis a Espartaco
ENTRE BARRERAS
A la segunda de abono de la temporada taurina en la plaza de la Maestranza se le conocía como la corrida de la oportunidad. La terna de ayer estaba formada Lama de Góngora, Ruiz Muñoz y Calerito, quien ha sido el triunfador de la tarde al cortar dos orejas: «Merece la pena todo lo que he sufrido y luchado».
El torero de Aznalcóllar consiguió cortarle una oreja a cada uno de los de su lote. Tras matar a su primero de Fermín Bohórquez, Juan Pedro García ‘Calerito’ reconoció a los compañeros de OneToro TV que había disfrutado mucho a pesar de que se le habían «visto carencias», que trabajará para corregirlas. «La gente ha entrado conmigo desde el quite al toro anterior (de Ruiz Muñoz), el animal ha tenido calidad por momentos y he disfrutado».
«Ahora queda redondear la tarde, ojalá haya suerte». Sus palabras eran un augurio. En el último toro también tuvo premio, otra oreja, lo que le valió para salir a hombros. Calerito, ya en la calle, confesó a los medios que «merece la pena todo» lo que ha «sufrido y luchado». «Me he quedado a las puertas de la puerta soñada», en referencia a la del Príncipe, afirmó el torero «muy feliz».
José Ruiz Muñoz, sobrino nieto Curro Romero, no tuvo mucha suerte con sus dos toros y su toreo. Y así lo reconocía el de Puerto Real a los micrófonos: «El toro se ha agarrado al piso y por momentos me ha costado, estoy contento, me han salido dos tandas. Con el capote he intentado torear al animal, pero era mansito, no ha tenido rotundidad». El sevillano Lama de Góngora, que abría el cartel, tras recibir el aplauso del público tras el primer toro expresó sus sensaciones positivas: «He encontrado con el toro en todo momento, se han hecho las cosas perfectas, la pena es que se ha desfondado, porque se podía haber hecho cosas grandes. He sentido los oles de la plaza en todo momento, en el segundo va a ser».
Y lo fue. cortaba una oreja al cuarto de Fermín Bohórquez, al que recibía a portagayola. El diestro estaba muy feliz: «He ido con todo, es una tarde importante por muchas razones. Sevilla lo merece todo y mi vida entera se iba detrás de ese a portagayola. Cuando uno está dispuesto, siempre salen cosas bonitas. El toro no ha sido nada fácil, no regalaba ninguna embestida, tenía quince naturales y los he aprovechado».
Calerito brindó la muerte del tercero a Antonio Ruiz ‘Espartaco’, que fue su primer maestro en la escuela taurina de Espartinas. El padre de la dinastía aljarafeña acaba de ser intervenido en una rodilla «para poder volver a torear en el campo». No hay quien pueda con el maestro.
Hay ocasiones en las que la afición merece conocer el contexto para ponerse en la piel de los toreros. José Ruiz Muñoz llevará esta mañana a su hijo de cinco meses al hospital, citado en un quirófano. Además, su mujer lleva todo el tiempo transcurrido desde el parto ingresada en estado crítico. Demasiado mérito tuvo vistiéndose de torero.
Aunque la ciudad amaneció calmada tras la resaca futbolera, aún quedaban algunos aficionados vascos por la ciudad. Que incluso fueron a los toros, como dos vecinos de Azpeitia que aseguraban que sus toros eran más serios que los que se lidian en la plaza de la Maestranza. Que siga siendo así.
Quitando el sexto –más feo– y el segundo –más simple en su hechura–, la corrida fue espectacular en su lámina. Armonía y trapío. Toros con mucha categoría.