EE.UU. reafirma que «apoyará la defensa de Israel contra Irán»
▸ Ante la esperada respuesta iraní, el Pentágono había reforzado sus posiciones militares
Irán justificó por medios diplomáticos que necesitaba ejecutar una respuesta al ataque en Damasco, pero que sería contenida
Joe Biden insistió durante esta semana que el compromiso de EE.UU. con la seguridad nacional de Israel está «blindado» y su Gobierno reafirmó esa posición en cuanto se conoció que Irán había lanzado un ataque contra el territorio de su gran aliado en Oriente Medio.
El presidente de EE.UU. hizo esas declaraciones esta semana, en medio de un contexto de relaciones con Israel con dos caras muy distintas: por un lado, las fricciones crecientes entre la Administración Biden y el Gobierno de Benjamin Netanyahu por la gestión de la guerra de Gaza se habían disparado tras el ataque trágico a un convoy humanitario la semana pasada; pero, al mismo tiempo, EE.UU. era consciente de la posibilidad cierta de un ataque de Irán, su gran enemigo regional, contra Israel.
Durante días, la inteligencia de EE.UU. y el Pentágono habían telegrafiado el ataque iraní, al que el viernes calificaron de «inminente». Cuando se conoció la operación militar de Irán, con decenas de drones y misiles lanzados contra territorio de Israel, no pilló por sorpresa a nadie en Washington.
Poco después de que el Ejército de Israel confirmara el ataque, hacia las cuatro de la tarde del sábado de Washington, (10 de la noche hora española) la Casa Blanca lo secundó con un comunicado de Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. «EE.UU. estará al lado del pueblo de Israel y apoyará su defensa frente a estas amenazas de Irán», dijo Watson.
Para entonces, Biden ya estaba informado del ataque iraní y había suspendido su descanso de fin de semana en su casa en la costa de Delaware. Poco más de una hora después de que se conociera el ataque, Biden ya había cubierto el trayecto con el Marine One, el helicóptero presidencial, y había llegado a la Casa Blanca.
Gabinete de seguridad
Allí se reunió con sus principales altos cargos de seguridad nacional y de diplomacia en la llamada ‘Situation Room’, la sala dedicada para el seguimiento de situaciones de crisis. Le acompañaron el secretario de Defensa, Lloyd Austin; el secretario de Estado, Antony Blinken; el jefe del Estado Mayor, Charles Brown; y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, entre otros. Tanto la vicepresidenta, Kamala Harris, como el jefe de Gabinete, Jeff Zients, comparecerán por videoconferencia.
Ante el esperado ataque iraní encima de la mesa, el Pentágono había dado el paso desde la víspera de reforzar sus posiciones militares en Oriente Medio. También había despachado a Israel al general Erik Kurilla, comandante del Mando Central del Ejército de EE.UU., con jurisdicción en aquella región, para asistir a su socio en su respuesta al ataque iraní.
Fuentes gubernamentales deslizaron a varios medios en los últimos días que EE.UU. apoyaría a Israel tanto en la defensa ante un ataque, con la interceptación de drones y misiles lanzados contra su territorio, como en una posible respuesta contraofensiva israelí.
Esas declaraciones, el despliegue militar y el envío de Kurilla eran un mensaje para tratar de disuadir a Irán de un ataque con una entidad que forzara una respuesta de Israel contundente y una escalada militar en Oriente Próximo, con una posible implicación directa de EE.UU., algo que la Administración Biden trata de evitar a toda costa, en especial, en año de elecciones presidenciales.
Ese mensaje también se envió a través de canales diplomáticos: la Administración Biden advirtió a Teherán de los peligros de represaliar a Israel con un ataque excesivo. Lo hizo, según ‘The Washington Post’, con mensajes enviados a través de la Embajada de Suiza en Teherán y con peticiones a los diplomáticos de China, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar para que expresaran la misma preocupación ante los líderes iraníes.
Según esas informaciones, altos cargos de Teherán respondieron a través de esos mismos intermediarios de que necesitaba ejecutar una respuesta por el ataque israelí a su consulado en Damasco, pero que sería «contenida».