El Gobierno busca comprador «español» para Talgo
▸ Se escuda en motivos militares para rechazar la opa del grupo húngaro
El Gobierno irá hasta el final para tratar de evitar el desembarco del grupo húngaro Ganz-Mavag (Magyar Vagon) en Talgo. El consorcio magiar ya tiene en marcha todo el papeleo para hacer efectiva la compra del fabricante español de trenes, pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha encendido la maquinaria para tratar de fraguar un argumentario contra la operación e incluso ya asegura que favorecerán a otros ofertantes interesados en hacerse con Talgo. «Observamos la opa con el máximo cuidado y a la espera de que otros actores entren en juego, entre los que se encuentran inversores y otros fabricantes», dijo ayer el ministro de Transportes, Óscar Puente, en unos desayunos informativos de Europa Press.
Puente habló de favorecer una alternativa española, y ha animado a competidores de Talgo como CAF, Stadler (Suiza) y Alstom (Francia), a lanzar una contraoferta a pesar de que estos dos últimos son fabricantes extranjeros, eso sí, con una amplia presencia industrial en nuestro país. Aunque también ha abierto la puerta a una intervención más directa del Gobierno. «Se puede constituir una alternativa sin el auspicio del Gobierno, pero si hubiera que auspiciarla, evaluaríamos esa opción. En eso estamos», señaló Puente, mientras los rumores de una posible entrada del Estado en Talgo a través de la SEPI siguen desatándose. La oferta del grupo Magiar por el cien por cien de la industrial española asciende a cinco euros por acción, dejándola en alrededor de 620 millones de euros. Son 80 menos de los que ha pagado la entidad de Hacienda por hacerse con el 3% de Telefónica.
Problema «geopolítico»
El ministro de Transportes, que juega un papel clave en la operación, lanza esta llamada porque cree que la opa del grupo Ganz-Mavag sobre Talgo plantea un «problema geopolítico». Puente apuntó a que Talgo tiene una tecnología que incluso atañe a la movilidad militar de otros países como los bálticos, y todavía pesan los posibles nexos rusos (participado por el Estado de Hungría). «Los trenes de Talgo pueden considerarse material muy sensible», dijo Puente.
El ministro se refiere a la tecnología de rodadura desplazable que permite a los trenes adaptarse de manera automática al tamaño de otros tipos de vías logrando así que las locomotoras puedan rodar por distintos países europeos.
El ministro también puso en duda que la operación beneficie a Talgo por los problemas de capacidad industrial que sufre actualmente. «La tecnología de Talgo es muy moderna. No tenemos muy claro que las fábricas de Hungría tengan la capacidad para, en el corto plazo, resolver el problema de falta de producción que tiene Talgo. No es lo mismo tener una fábrica ahí, bueno, pues medio vacía, con una mano de obra acostumbrada, por ejemplo, a amolturar, que la tecnología de soldadura de aluminio. No parece que sea eso tan fácil de hacer en Hungría como se dice», ha explicado.
En conjunto, el consorcio tiene operativa una superficie de más de 510.000 metros cuadrados en las ocho factorías que tiene a lo largo de toda Hungría (de DJJ en Dunakeszi, y el resto de Magyar Vagon en Szolnok, Székesfehérvár, Celldömölk, Békéscsaba, Fényeslitke, Budapest y Dunaújváros) con una plantilla total que ronda los 2.500 empleados (65 en oficinas y el resto en las factorías). Una suma con la que Talgo podría duplicar su capacidad de fabricación de trenes.
«Observamos la opa con el máximo cuidado y a la espera de que otros actores entren en juego» «Si el Estado tiene que auspiciar una oferta alternativa, se evaluará esa opción»
Escudo antiopas
El Gobierno vuelve a mostrar así su oposición a una operación que ya analiza la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones (Ministerio de Economía), la entidad que tiene las competencias del uso del conocido como escudo antiopas. El organismo tiene tres meses para informar a los húngaros de un veredicto (aunque puede parar el reloj para requerir más información al ofertante) y lo hará en base a varios informes clave, entre los que figurará uno del Ministerio de Transportes.
El tiempo apremia y los representantes de Magyar Vagon siguen pendientes de reunirse con el departamento de Óscar Puente, además de con los ministerios de Economía e Industria, quienes también tienen la llave para validar la operación. Por el momento, fuentes cercanas al grupo húngaro aseguran que esos contactos aún no se han producido.