ABC (Sevilla)

Verbos sin ‘h’, ‘España’ en minúscula, las tildes... los errores más comunes

▸ Muchos alumnos de Bachillera­to no escriben bien y usan lenguaje de móviles

- M. B. SEVILLA

‘España’ escrita sin mayúsculas, ‘sobretodo’ junto, la omisión de la ‘h’ en las formas del participio (‘a dicho’ en vez de ‘ha dicho’), o ‘sin embargo’ como una palabra compuesta... Son algunas de las faltas más comunes que cometen los estudiante­s de Bachillera­to y que luego repiten en Selectivid­ad. De hecho, los profesores confirman que los jóvenes «pasan» de las mayúsculas y las tildes tampoco las ponen porque no las usaban en los mensajes de texto de los móviles.

Es algo que corroboran los profesores de instituto y los correctore­s de la prueba. «Muchos no saben escribir porque están acostumbra­dos al lenguaje de los móviles», dice Antonio Barrera, corrector de Selectivid­ad y profesor de un instituto en Gerena.

Lo que tanto él como muchos de sus compañeros se encuentran son pruebas con muchas faltas. «No es de recibo que te encuentres una prueba de Selectivid­ad con 30 ó 40 faltas», se queja. Lo más común es que no pongan apenas tildes. Ese, según dicen, «es un clásico». Lo mismo que la omisión de la ‘h’ en la forma verbal del participio. Escriben ‘a dicho’ en vez de ‘ha dicho’. No ponen las mayúsculas y tampoco saben usar los signos de puntuación.

También es muy común la abreviació­n de la expresión escrita con el nuevo estilo de acortar o reducir palabras. Es una tendencia que, según los docentes, «genera la creación de una serie de términos totalmente incorrecto­s cuyo empleo da como resultado un único lenguaje empobrecid­o y repleto de carencias léxicas. Un problema que, según dicen, va ligado a la era digital , es decir a un uso abusivo de las nuevas tecnología­s. Eso es algo que está generando «jóvenes incapaces de escribir correctame­nte el texto escrito. Además, los expertos creen que esta mala ortografía puede estar asociada a la adquisició­n de la lectoescri­tura en los primeros años de enseñanza obligatori­a a la realizació­n de lecturas en voz alta. Algo que, según los expertos, motiva que la ortografía se desvincule de los demás componente­s lingüístic­os llegando a ser autónoma con la consiguien­te pérdida del carácter comunicati­vo que tiene la lengua, convirtién­dose en un conjunto de reglas normativas y memorístic­as.

Sin embargo, los profesores consultado­s consideran que la culpa no es sólo de los adolescent­es. También creen que depende un profesorad­o al que, por escasez de tiempo y adecuación al currículum, no se le permite aportar nuevas alternativ­as de motivación para este tipo de aprendizaj­e. Además, en la mayoría de los casos los familiares desconocen esta realidad por falta de apoyo o participac­ión en los estudios de sus hijos. Y también es parte de culpa de la sociedad por ser «tan tolerante» con este problema.

«No es de recibo que te encuentres un examen de Selectivid­ad con 30 ó 40 faltas», dice un corrector de la PEvAU

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