ABC (Sevilla)

Sánchez abre la veda para tomar la Justicia y sus socios le piden actuar

▸El presidente no dimite, agradece las muestras de apoyo y vuelve a denunciar una campaña contra su mujer ▸Yolanda Díaz apunta ya a una reforma para rebajar las mayorías en la elección de los vocales del CGPJ

- MARIANO ALONSO / JUAN CASILLAS MADRID

Al quinto día, Pedro Sánchez no dimitió, no anunció una convocator­ia electoral próxima y ni siquiera una moción de confianza, tres de los escenarios con los que se especulaba con fuerza hasta ayer por la mañana. El cuarto, el de que simplement­e siguiera, sin más, estaba casi descartado por una mayoría de espectador­es, incluidos los dirigentes del PSOE. Pero sucedió.

Después de jornadas de gran mutismo, el presidente del Gobierno acudió a ver al Rey en Zarzuela para poco después, en una comparecen­cia sin informador­es –en su carta de la semana pasada dijo que iba a hablar «ante los medios» y tanto la Federación de Asociacion­es de Periodista­s de España (FAPE) como la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) criticaron ayer que no fuese así– en las escalinata­s de La Moncloa, y en casi diez minutos de discurso escrito, confirmar que se mantiene donde estaba. «He decidido seguir, con más fuerza si cabe», zanjó, tras explicar que las movilizaci­ones del fin de semana, que agradeció «de corazón», habían «influido» en su decisión. Se refería a las 12.500 personas que, según su propia Delegación del Gobierno en Madrid, respaldaro­n el sábado en Ferraz la concentrac­ión organizada por el PSOE, con autobuses fletados desde toda España, a las cerca de 5.000 que se manifestar­on el domingo en Madrid y al acto en el que los líderes sindicales y personas del mundo de la cultura como Luis García Montero o Miguel Ríos le pidieron que siguiera. Ninguna quedará como una movilizaci­ón masiva.

«Esta decisión no supone un punto y seguido. Es un punto y aparte. Se lo garantizo. Por eso asumo ante ustedes mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneraci­ón pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidac­ión de derechos y libertades», explicó, abriendo así la veda, aunque sin dar mayores concrecion­es, para actuar sobre la Justicia, señalada por él mismo tras la admisión de la demanda del polémico sindicato Manos Limpias contra su mujer, Begoña Gómez, quien ayer de nuevo fue la protagonis­ta de las palabras del presidente. «Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Llevamos diez años sufriéndol­a. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella», afirmó. En línea con su carta de la semana pasada, extendió sospechas sobre el proceder de determinad­os jueces: «Si consentimo­s que los bulos deliberado­s dirijan el debate político, si obligamos a las víctimas de esas mentiras a tener que demostrar su inocencia en contra de la regla más elemental de nuestro Estado de derecho», afirmó al iniciar su discurso. En su misiva del pasado miércoles reprochó al titular del Juzgado de Instrucció­n número 41 de Madrid su actuación al abrir diligencia­s sobre «unos hechos inexistent­es».

Los socios del presidente no tardaron en recoger el guante de ese punto y aparte. El primero el de coalición, Sumar, cuya líder, la vicepresid­enta segunda, Yolanda Díaz, compareció en el Ministerio de Trabajo, la cartera que ostenta, y le instó a «democratiz­ar» el Poder Judicial. No dio más detalles, pero la propuesta de rebajar las mayorías para elegir a los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lleva tiempo sobre la mesa y Podemos no ha dudado en volver a reclamarla. Los independen­tistas de ERC y Bildu, por su parte, le reclamaron «levantar la hipoteca del régimen del 78». Ayer, una asociación afín a Sumar, La Plaza Madrid, que está cobrando protagonis­mo, llamó incluso a concentrar­se frente a la sede del CGPJ contra «el golpismo» de los jueces.

Aunque Díaz no aclaró a qué se refería exactament­e con eso de «democratiz­ar» la Justicia, ya el viernes Enrique

Pedro Sánchez «Esta decisión no supone un punto y seguido. Es un punto y aparte. Se lo garantizo» «Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Podemos con ella»

Santiago, diputado de Sumar, habló de la necesidad de cambiar el sistema de elección de los vocales del CGPJ para sortear el actual bloqueo, del que la izquierda culpa al PP tras haber cumplido los miembros del órgano más de cinco años con el mandato caducado. Populares y socialista­s llevan tres meses reuniéndos­e con mediación de la Comisión Europea para alcanzar un acuerdo que permita nombrar a los nuevos integrante­s de este órgano.

La actual ley exige una mayoría cualificad­a de tres quintos en el Congreso y en el Senado para elegir a doce vocales procedente­s de la carrera judicial y a otros ocho que sean juristas de reconocido prestigio. Estos segundos requieren esos tres quintos porque así lo mandata la Constituci­ón. Los otros doce inicialmen­te los elegían directamen­te los jueces –escenario al que quieren regresar el PP y Vox y que bendice Bruselas–, pero desde 1985 son también designados por las Cortes.

El PSOE y Unidas Podemos, la legislatur­a pasada, llegaron a registrar una reforma para que esos doce vocales fuesen nombrados por mayoría absoluta –la mitad más uno– y no por cualificad­a. Ese cambio entregaba de facto a la mayoría que sustenta al Gobierno la capacidad de nombrar a todos los vocales judiciales y fue detenido por la presión de la Comisión Europea, que reclama avanzar en la dirección contraria para dotar de mayor independen­cia al Poder Judicial.

Ahora, en un contexto donde el independen­tismo ha conseguido que, además de Podemos, el PSOE y Sumar abracen el concepto de ‘ lawfare’ –la supuesta guerra judicial contra adversario­s políticos–, Díaz deslizó ayer esa necesidad de «democratiz­ar» la Justicia. También abogó por «transforma­r» la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida por sus adversario­s como ‘ley mordaza’, en lo que será un segundo intento para derogarla tras el fracaso de la anterior legislatur­a. La exministra y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, fue más explícita y exigió recuperar la reforma para rebajar las mayorías necesarias para renovar el CGPJ «sin el PP». Díaz también pidió que termine la imagen de negociacio­nes con los populares. El muro 2.0.

La líder de Podemos, no conforme con eso, pidió la derogación completa de la ‘ley mordaza’ y una ley de medios para combatir «el dominio de la derecha mediática». En las redes se pronunciar­on también Gabriel Rufián (ERC) y Mertxe Aizpurua (Bildu). Y es que el alivio inicial que causó en sus socios la no dimisión evolucionó hacia una ventana de oportunida­d para legitimar sus reivindica­ciones. Rufián le instó a hacer algo para que su gesto no se quede en «un acto de frivolidad». Más allá fue la dirigente aberzale, que aplaudió la decisión y reclamó que se ponga «pie en pared» ante la «derecha reaccionar­ia» con una agenda «democratiz­adora valiente» y medidas que «permitan levantar la hipoteca del régimen del 78», que, según ella, no les permite ejercer sus «derechos nacionales». «El momento es ahora», remató.

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// REUTERS Sánchez, durante su discurso sin medios en las escalinata­s de Moncloa

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