Sus socios acusan al presidente de electoralismo y sobreactuación
▸ Le reprochan que se presente como la única víctima de la estrategia de «acoso» de PP y Vox
La decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de no dimitir y comparecer en una declaración institucional sin ofrecer ninguna medida ante la «guerra sucia judicial» y el «fango» del que denuncia haberse sentido víctima él y su familia ha soliviantado a los socios del investidura. Sumar, ERC, Junts, Podemos, Bildu y PNV le pidieron no abandonar el cargo cuando anunció el inédito parón de cinco días para reflexionar sobre su continuidad, pero ayer mostraron su malestar cuando Sánchez solo abordó su situación y no fue más allá ofreciendo alternativas.
«Palabras vacías», «sobreactuación», «electoralismo», «personalismo» y «tacticismo» es el balance que los socios del PSOE han hecho de esta suerte de proceso plebiscitario que el presidente del Gobierno ha desplegado. Sin ninguna duda ha modificado las cartas en juego de la campaña electoral catalana y mutado el contexto con el que PSOE se iba a enfrentar también a las europeas, perseguido por la sombra de la corrupción después del caso Koldo y la investigación por las presuntas mordidas del asesor del exministro José Luis Ábalos por la venta de material sanitario, a lo que se sumaba la semana pasada la denuncia de Manos Limpias a Begoña Gómez por supuesto tráfico de influencias.
Los socios de Sánchez protestan ante lo que ya tildan de un nuevo golpe de efecto del presidente y le exigen que utilice el momento para seguir «ampliando derechos» y renovar la cúpula del poder judicial sin necesidad del acuerdo con el PP. Pere Aragonès, presidente de la Generalitat de Cataluña y candidato de ERC, tildó la comparecencia de Sánchez de «comedia» y «acto electoral», y dijo que se trató de una «sobreactuación absolutamente desproporcionada» y una «frivolidad que no tenía que haberse producido».
Palabras gruesas en un momento en el que ERC se juega perder la presidencia de la Generalitat teniendo en cuenta que todos los sondeos electorales le dan a Salvador Illa, del PSC, la victoria en las catalanas, así como vaticinan dificultades para que el independentismo sume. «Es un gesto personalista, sin ninguna propuesta para combatir a esta ultraderecha», reprochó Aragonés. «Ya basta, basta de cortinas de humo y de jugadas maestras», añadió.
Al no ofrecer ninguna propuesta en su declaración, el presidente de la Generalitat lo tildó de «sermón» y lamentó que también suponga una burla a otros políticos que han sufrido ‘lawfare’, la guerra sucia judicial que dicen sufrir, como es el caso, dijo, de los líderes del ‘procés’.
En la misma línea se pronunció Jordi Turull, secretario general de los posconvergentes, que en plenas catalanas no iban a ser menos críticos. «No ha hecho una reflexión cuando centenares de miles de personas se han manifestado en Cataluña contra la condena de sus líderes políticos», lamentó Turull, que le reprochó que solo hablara del PSOE después de que se encarcelara e investigara a los soberanistas.
Maniobra
El dirigente de Junts también habló de victimismo y electoralismo: «No ha hecho ninguna propuesta para revertir la situación que ha originado esta crisis, no ha anunciado ninguna iniciativa para hacerle frente y demuestra aún más el carácter electoralista de su maniobra».
Desde Sumar y los partidos que integran la coalición de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, lamentaron que cinco días de espera acaben en una declaración «personalista», según dijo Jorge Pueyo, diputado del espacio. Mientras IU, Más Madrid y Compromís añadían también que echaron que Sánchez fuera «más allá» y anunciara avances en la agenda legislativa para frenar la «ola reaccionaria». «Después de esta crisis no se puede seguir como si no hubiera pasado nada», dijo en TVE en portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón. «Las cosas que se han planteado estos días en España son de suficiente calado como para que no se solucionen con golpes de efecto comunicativos. Requieren transformaciones estructurales», añadió.