ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Ayuda a las víctimas de género
Ante todo quisiera manifestar la inoperancia de la Justicia en lo relativo a la violencia de género. Nuestros gobernantes se llenan la boca y se regocijan de las medidas que toman para acabar con esta lacra, pero la realidad dista mucho de la teórica Ley de Violencia de Género y de las resoluciones que nuestros jueces toman al respecto.
Campañas para que las mujeres afectadas e indefensas denuncien, teléfonos de asistencia a las víctimas..., pero, después, en el juzgado, se ven indefensas e incluso en peor situación por haber denunciado.
Que la Justicia se ponga de parte de un maltratador y no se tomen medidas de protección de la víctima es algo incomprensible para cualquier ser humano que se precie. Que una víctima por violencia de género vaya a un juzgado y en la sala de espera (juzgados de Herrera del Duque, Badajoz) tenga que encontrarse con su maltratador y agachar la cabeza ante las vejaciones del maltratador en cuanto la ve, sin que un solo agente de la autoridad la defienda, es para que nuestros gobernantes se lo hagan mirar.
Que una jueza, ante graves insultos, vejaciones, amenazas de muerte e intentos de agresiones hacia la víctima tome la decisión de no poner medida alguna es un dictamen que jamás comprenderé. Alega que es «por una falta de acuerdo en el régimen vacacional de su hijo y que duda de la verosimilitud de lo declarado por la denunciante, quien mantiene una relación de enemistad con el investigado».
Parece ser que en nuestro país se puede insultar, amenazar, vejar, amenazar de muerte a una mujer e incluso intentar agredirla y salir indemne.
Todo lo declarado por la denunciante es tan verdad como la vida misma, y yo he sido testigo directo e indirecto de innumerables casos como el sostenido en su declaración y denuncia.
Y lo peor de todo es que, según el abogado de la víctima, la denuncia tiene todos los visos de ser archivada, vista ya esta primera resolución. Pero tanto la víctima como yo, su pareja, iremos hasta el final, esperando que en nuestro país haya realmente Justicia y sea eficaz para las víctimas de violencia de género y no solo un anuncio hipócrita en la televisión para calmar la conciencia de los que mandan.
Dios quiera que tras uno de esos anuncios no salga el nombre de mi pareja, quien se llenó de valentía y dio el paso de denunciar a un maltratador, el cual se jacta diciendo, entre otras lindezas, que «la va a rajar y destripar».
Ruego al Gobierno, políticos, fiscales, jueces, miembros de los Cuerpos de Seguridad, asociaciones, periodistas y a cualquiera que pueda impartir o como mínimo exigir justicia lo hagan para acabar con esta lacra que nos invade, y que no queden indemnes denuncias por violencia de género.
Cada día son más las mujeres maltratadas que se cargan de valor y denuncian estos hechos, pero, lamentablemente también, son muchas las que se ahogan en su silencio viendo que tras sus denuncias quedan indefensas y en mayor peligro, sin que nadie las haya escuchado. JESÚS CADENAS ROSA BADAJOZ