Los vínculos apuntan al PDECat como partido «heredero»

«El PDECat ocupa el espacio político que ocupaba CDC, pero desde el punto de vista formal no tienen nada que ver». Son palabras de Francesc Sànchez, responsable legal de CDC y uno de los fundadores del PDECat.

Tras la sentencia del caso Palau –recurrible ante el Tribunal Supremo–, que confirma que CDC tiene que pagar 6,67 millones de euros y que formó parte de una trama global cuyo desfalco superó los 33,8 millones de euros, desde el PDECat se insiste en que esta formación nada tiene que ver con CDC. Sobre todo, para cortocircuitar cualquier responsabilidad subsidiaria que pudiera afectar al PDECat. De hecho, CDC tiene 15 sedes embargadas por la Justicia para hacer frente al pago de la condena del caso Palau.

Sin embargo, más allá de las pruebas judiciales, la relación entre CDC y el PDECat son políticamente más que evidentes. Este se creó gracias a la posición de privilegio de CDC y su presidente, Artur Mas, lo fue al día siguiente del PDECat. Su fundación –aunque se mantuvo cierta prudencia con las direcciones, para disimular la herencia– se realizó, principalmente, por los fontaneros de CDC, entre ellos, el propio Sànchez.

De la misma manera, la web de CDC sigue informando de la creación del PDECat, partido que incluso heredó el teléfono fijo de la centralita.

Y, sin ir muy lejos en el tiempo, la lista de Junts per Catalunya (para el 21-D) se formó gracias a una coalición integrada por el PDECat y CDC.