«¿El secreto de una buena fabada? Acunarla de vez en cuando»

Como se suele decir, Nieves Zapico García (Gijón, 1976) llegó y besó el santo. Primera vez que compite para cocinar la mejor fabada del mundo 2018 y se ha clasificado para la final, que tendrá lugar en Villaviciosa (Asturias) el 6 de marzo entre 18 locales (15 asturianos y 3 de fuera de la comunidad).

Se presentó animada por su hermano Javier, quien llegó a ser primero en 2016 y tercero en 2017 en el concurso convocado para los restaurantes que no están en territorio asturiano. «Ganar la final en Asturias no es nada fácil», admite Nieves, quien llegará a Villaviciosa como la tercera mejor fabada de fuera de esa comunidad autónoma tras la semifinal, disputada el lunes en el Centro Asturiano de Madrid, entre catorce restaurantes de España. «¡Para mí, esto ya es un triunfo, mi vida!».

Hay expresiones que delatan el origen de Nieves, aunque lleva afincada en Toledo 25 años. En la capital de Castilla-La Mancha, está al frente de la Taberna Asturiana Tapico, que cumplirá dos años el 1 de febrero y donde el plato de fabada cuesta 11 euros.

Nieves viene de familia de cocineros. Su padre, José Zapico González, jubilado hace nueve años, es el fundador de Casa Zapico, el restaurante que actualmente regenta Javier en Bargas, a cinco kilómetros del negocio de su hermana.

Los productos que Nieves utiliza para cocinar su contundente fabada proceden de su tierra, por lo que cada quince días le sirven sus proveedores. «El material, tanto la alubia como el compango -chorizo, morcilla y panceta ibérica-, debe ser muy bueno. Y, por supuesto, de Asturias».

¿Algún secreto para cocinarla? «Como dice un asturiano, hay que hacer la fabada con mucho amor, mucho cariño y a fuego muy lento, dos horas. Yo la reviso constantemente y la acuno de vez en cuando para que la alubia vaya cogiendo más sabor. Mucho mimo. Nada más».

ABC Álvaro Egea, Nieves Zapico y su hermano Javier