ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El dinero del 1-O
Siguiendo las investigaciones del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, la Guardia Civil registró ayer en el Palau de la Generalitat el despacho de Antoni Molons, secretario de Difusión, que fue llevado al cuartel y luego puesto en libertad con cargos, acusado de desobediencia y malversación. Se investiga el uso de los fondos públicos que financiaron el 1-O, en este caso la publicidad institucional.
Parte de ella salió a concurso, pero Carat y Focus Media, las empresas adjudicatarias, se retiraron por encontrar el contenido de la campaña vinculado al referéndum. Su ilegalidad ya había sido advertida por el Constitucional.
Ayer se registró también la sede de Òmnium, posible destino de fondos. En la calle se reunieron unos manifestantes, miembros indesmayables del Comité de Defensa de la República. Protestaron y cantaron «L’Estaca» de Lluís Llach, un himno antifranquista muchas décadas después.
Al hablar del asunto catalán, unos y otros citan mucho a Josep Pla como fuente de autoridad. En 1978, el escritor José-Miguel Ullán fue a visitarlo junto a unos amigos a su mas ampurdanés, donde se lo encontró en pijama y con la bragueta abierta, hecho que no cambió durante toda la conversación. Los presentes no reunieron valor para hacérselo notar y, simplemente, desviaron la mirada. Ullán tomó nota de las palabras de Pla:
—¿Pero qué ha traído la democracia? Tres cosas, solo tres cosas. Las inmobiliarias han fastidiado las zonas costeras. Vea, vea usted el resultado. Segundo, las casas de prostitución. Y, además, unos lugares que llaman discotecas; las chicas dicen que van allí a bailar, pero luego aparecen embarazadas y el autor de la fechoría desaparece. Esto, esto es lo que ha traído la democracia. Alguien, tímidamente, objetó algo. —Tonterías. Ya, ya verá usted. Al final, nos daremos cuenta y todos seremos franquistas
Ullán registró hasta sus murmuraciones: «Vivimos, según murmura, el sórdido momento de la mentira. Los periódicos, un camelo. Los partidos, camelo y medio. El gobierno, hatajo de camelos».
Pla usaba mucho la palabra «camelista». Lo que hubiese opinado del «procés» no cuesta mucho imaginarlo.