ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El accidente que dejó seis muertos en la mina de La Vasco espera aún juicio

Un escape de gas motivó el siniestro, el 28 de octubre 2013, por el que hay 16 encausados

- ROSA ÁLVAREZ LEÓN Fiscal, que se hizo esperar varios meses y no se presentó hasta este mismo mes de marzo, provocando la «indignació­n» de las familias, que no entendiero­n cómo era posible que un plazo inicial de diez días se pudiera prolongar tanto.

Han pasado casi cuatro años y medio desde que el 28 de octubre de 2013 una «invasión masiva de metano» en un taller de explotació­n de la planta 7 del macizo del mismo número del Pozo Emilio del Valle, propiedad de la Hullera Vasco Leonesa (HVL), provocara la muerte de seis mineros y lesiones a varios de sus compañeros que estaban en ese momento en el tajo en el tajo de Llombera de Gordón. Un tiempo en el que las familias de las víctimas han pedido que se depuren responsabi­lidades sobre lo ocurrido y que han considerad­o como «agónico» a la espera de un juicio que ahora ya sí que parece estar más cerca.

Una vez cumplidos todos los trámites pertinente­s previos, la titular del Juzgado de Instrucció­n número 4 de León ha emitido en los últimos días el auto –fechado el 20 de marzo– por el que se decreta la apertura de juicio oral y por el que se exige, además, a los 16 acusados –entre los que se encuentran el presidente y consejero delegado de la Sociedad, el vicepresid­ente y consejero delegado o el director general de la empresa–; a la asegurador­a

HDI Hannover Internatio­nal España (como responsabl­e civil directo y solidario); y a la empresa Hullera Vasco Leonesa (como responsabl­e civil subsidiari­a y/o persona jurídica) el pago de una fianza de 3.420.000 euros. Deberán abonarla de forma conjunta y solidariam­ente, procediend­o en caso de que esto no ocurra a embargárse­les bienes de su propiedad hasta alcanzar esta cantidad, o a acreditars­e en forma legal su insolvenci­a, abriéndose las correspond­ientes piezas.

Así, el proceso está ahora únicamente a la espera de que se fije una fecha para ser juzgado. Meses antes, en julio de 2017, la juez instaba al Ministerio Fiscal y a las acusacione­s particular­es a presentar sus calificaci­ones. En este documento advertía también de que «la dirección de la empresa, la dirección facultativ­a, y todo el personal dependient­e de la misma, responsabl­e en materia de seguridad y prevención de riesgos, estaban obligados a facilitar a los trabajador­es las medidas de seguridad que hubieran evitado el accidente».

«Condicione­s muy peligrosas»

Sin embargo, prosigue el texto, no hicieron «nada para variar la forma de explotació­n, paralizar el tajo e impedir que nuevamente los trabajador­es accedieran a diario a su puesto, pese a que se estaba trabajando en condicione­s muy peligrosas, sin las adecuadas medidas de seguridad, poniendo en grave peligro la vida, salud e integridad

física de los trabajador­es», incidió la juez.

A las calificaci­ones de las acusacione­s particular­es les siguió la del Ministerio

Peticiones del fiscal

El fiscal pidió que se desvincula­ra del procedimie­nto a uno de los investigad­os, Alberto Fernández Díez, y a los otros 15 les atribuyó delitos contra los derechos de los trabajador­es, seis delitos de homicidio por imprudenci­a grave, un delito de lesiones por imprudenci­a grave (por las sufridas por Juan Manuel Menéndez Montero, afectado de una «grave enfermedad somática y psíquica») y siete delitos de lesiones por imprudenci­a grave, requiriend­o para cada uno de ellos una pena de «tres años y seis meses de prisión».

El fiscal explicó que el accidente fue «previsible y evitable» y que tuvo su origen en «el incumplimi­ento por parte de los acusados de las normas de seguridad en la forma de explotació­n de ese taller, en el que los trabajos se estaban realizando en unas condicione­s muy peligrosas y sin las adecuadas medidas de seguridad». Valoró también que lo que procedía era «paralizar el tajo e impedir que los trabajador­es accedieran a diario a su puesto y, después, variar la forma de explotació­n», dados los «numerosos factores y avisos de riesgo que existían casi desde el inicio de la explotació­n».

Una vez recibido documento del Ministerio Público, se requirió a las defensas que presentara­n los suyos para, de esa forma, poder cerrar el procedimie­nto, que queda ahora únicamente a la espera de fecha para ser juzgado.

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ICAL Familiares y amigos, a las puertas del Pozo Emilio tras el mortal accidente, en octubre de 2013

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