ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Guaidó, obligado a reinventarse para conservar el liderazgo
La reforma aprobada por la oposición en Venezuela quita poder a Leopoldo López
La oposición venezolana ha entrado en un bucle político en su carrera contrarreloj para deponer al régimen de Nicolás Maduro. La ofensiva opositora liderada por el joven político Juan Guaidó no ha tenido los resultados esperados durante los últimos dos años, y ahora que perdió el control del último poder conseguido electoralmente en 2015, la Asamblea Nacional, está obligada a reinventarse para mantener el apoyo de los distintos líderes a su figura como presidente del Parlamento y presidente interino del país. Esa reinvención pasa por abrirse a las críticas de sus detractores y trabajar en un nuevo plan unitario para poner en marcha este mismo año.
Esa es la razón por la que el pasado 26 de diciembre la Asamblea legítima reformó el «Estatuto de la transición», documento jurídico que llevó a Guaidó a proclamarse presidente encargado de Venezuela y que dicta las actuaciones del Gobierno interino. La principal reforma fue la creación de un consejo político en sustitución del llamado G-4, conformado por los cuatro partidos más votados (Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular), que se ampliará con la incorporación de nuevos partidos para acallar las críticas de la hegemonía del G-4 en torno a la toma de decisiones. El escollo más importante es que la oposición no ha revelado aún quiénes conformarán este nuevo consejo. ABC pudo conocer por fuentes cercanas al Gobierno interino que la ampliación será muy limitada y la incorporación contemplará tan solo a los partidos La Causa R junto a su líder, Andrés Velázquez, y Encuentro Ciudadano, con Delsa Solórzano.
Hegemonía del G-4
Si se resolviera de esta manera, se quedarían fuera de la propuesta otras organizaciones que pedían «anular el G-4», ya que hay más de 18 formaciones políticas opositoras que firmaron acuerdo de continuidad de Guaidó, pero que no tienen voz ni voto dentro del actual núcleo político.
Otro asunto que sí resuelve la reforma es la desaparición del centro de gobierno que presidía el dirigente y exprisionero político Leopoldo López, ahora en el exilio en Madrid, que ocupaba el cargo de comisionado presidencial, una especie de primer ministro venezolano. López tendrá que continuar con su lucha desde la dirección de su partido, Voluntad Popular.
El liderazgo de Juan Guaidó continúa en entredicho tras vencer el periodo legislativo para el que fue electo (2015-2020). Durante el acto de extensión del mandato de su Asamblea por un año más, Guaidó emplazó a sus antiguos aliados opositores a atender «al último llamado de la patria». «Señor Henrique Capriles, señora María Corina Machado, Henry Ramos Allup, Leopoldo López, Omar Barboza, Manuel Rosales y Julio Borges, ustedes que tanto han hecho, es el momento del último llamado de la patria», dijo.
Sin embargo, la línea más dura, la de Machado, cerró la puerta al dirigente opositor al rechazar «la extensión del Gobierno interino bajo los mismos términos de fracaso». Un comunicado publicado por su formación política, Vente Venezuela, aseguró que el gobierno que lidera Guaidó «deja a un lado la ruta del cese de la usurpación y promueve una política de “gobiernos mixtos”, farsas electorales, acuerdos para la “normalización” y en definitiva, cohabitación con la tiranía», por lo que no apoyará su actividad.
Ese mismo día, la renuncia de cuatro diputados del bloque de los cien se hizo definitiva al no acompañar la decisión de continuidad administrativa de la AN electa en 2015. Entre ellas, la del diputado Stalin González, quien fue segundo vicepresidente del Parlamento y que antes de marcharse manifestó en su cuenta de Twitter: «El cambio que requerimos es posible, no podemos ser como ellos. Insistiré aun cuando sé a quiénes me enfrento. La reconstrucción de esa Venezuela democrática que soñamos está en nuestras manos».
Por otro lado, el cambio de gobierno en Estados Unidos mantiene en ascuas las futuras decisiones de la atomizada oposición venezolana. Y la sentencia de la UE de reconocer a Guaidó como líder de la oposición y al Parlamento como la «última expresión de democracia de los venezolanos» debilita la postura del dirigente. A pesar de actuar como muro de contención entre las diferentes facciones, la figura de Guaidó es cuestionada por aquellos que piensan que su momento político ya pasó y es momento de pensar en otro líder.
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