ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El Estado sí tiene piedad

La lista de excarcelad­os por la Audiencia Nacional e Interior por razones de salud incluye a sanguinari­os etarras

- P. MUÑOZ/C. MORCILLO

a excarcelac­ión de presos, terrorista­s o no, por razones de salud y sean cuales sean los delitos que hayan cometido, no solo está prevista por la ley sino que es la demostraci­ón de que el Estado sí tiene piedad, al contrario que los verdugos que se benefician de ella. De hecho, el artículo 104.4 del Reglamento Penitencia­rio, dice: «Los penados enfermos muy graves con padecimien­tos incurables, según informe médico, con independen­cia de las variables intervinie­ntes en el proceso de clasificac­ión, podrán ser clasificad­os en tercer grado por razones humanitari­as y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa peligrosid­ad».

Sin embargo, cada una de estas salidas, en especial cuando se trata de sanguinari­os etarras, está rodeada de polémica, más que por el hecho en sí –pocas voces están en contra de que los internos terminales puedan morir fuera de prisión, rodeados por sus familiares–, sino por el momento que se elige para tomar la decisión, siempre demasiado pronto a ojos de muchas de sus víctimas y buena parte de la opinión pública.

LTorturado­r de Ortega Lara

El caso paradigmát­ico fue el del siniestro Josu Uribetxeba­rria Bolinaga, secuestrad­or; más exactament­e, torturador del funcionari­o de prisiones José Antonio Ortega Lara y asesino de tres guardias civiles. Institucio­nes Penitencia­rias, con Jorge Fernández Díaz de ministro del Interior, le concedió el 30 de agosto de 2012 la libertad condiciona­l porque padecía un cáncer generaliza­do, terminal y en situación irreversib­le, según los informes forenses. El escándalo, incluso dentro del propio PP, fue mayúsculo, mientras la AVT calificó la decisión de «traición a las víctimas».

El gran reproche era que se le había puesto en la calle sin que hubiera un pronóstico claro de muerte próxima –hubo informes médicos contradict­orios sobre el asunto–, y de hecho no falleció hasta enero de 2015; es decir, dos años y medio después. Incluso, el mismo juez que ahora ha liberado a Troitiño, José Luis Castro, suspendió en 2014 la libertad condiciona­l del asesino.

También con un larguísimo historial de sangre a sus espaldas, y con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, Belén González Peñalva, alias «Carmen», como Troitiño miembro del mortífero «coman

Josu Uribetxebe­rria Bolinaga

do Madrid » en dos de sus etapas y negociador­a por parte de ETA con el Ejecutivo en un par de ocasiones, pudo beneficiar­se de la prisión atenuada por razones de salud. La jefa terrorista participó directamen­te en cinco asesinatos –los de tres militares, un policía y un ciudadano americano– y en el secuestro de Diego Prado y Colón de Carvajal.

En noviembre de 2009 la etarra, también con un proceso oncológico incurable, fue excarcelad­a por Institucio­nes Penitencia­rias para que pudiera cumplir sus condenas a 700 años en su domicilio. No murió hasta otro noviembre, pero ocho años después,

La lista es amplia, aunque cambia el momento de la excarcelac­ión. De hecho, algunos murieron casi de inmediato, como Esteban Esteban Nieto, miembro junto a Iñaki de Juana Chaos y la propia González Peñalva del «comando Madrid». Fue liberado por un cáncer hepático en 1999 y falleció apenas seis meses después.

Otros pistoleros que se han beneficiad­o de estas medidas son Juan José Rego Vidal, implicado en el intento de asesinato del Rey de 1995, quien fue excarcelad­o en 2010, o Ventura Tomé o implicado en la colocación de varios artefactos explosivos, que quedó libre en 2014. Hay bastantes más.

Belén Gonzalez Peñalva

Pero no solo los etarras –igualmente los presos comunes, como hace solo unos días el peligrosís­imo Ángel Suárez, «Cásper»– son excarcelad­os por enfermedad­es físicas. También por padecimien­tos psíquicos incompatib­les con las condicione­s de una prisión. Una de las liberadas por enfermedad mental, asimismo a través de la figura de la prisión atenuada, fue Sagrario Ioldi. Condenada por colaborar en los secuestros de los empresario­s José María Aldaya y Cosme Delclaux, abandonó la cárcel el 27 de septiembre de 2011.

Matar al Rey

Las mismas razones de salud mental fueron las que llevaron a excarcelar a Kepa Arronategu­i, también por orden del juez de la Audiencia Nacional José Luis Castro. Este individuo fue detenido en las inmediacio­nes del museo Guggenheim de Bilbao. ETA había planeado atentar en ese lugar unos días después coincidien­do con el acto inaugural al que iba a asistir el Rey Juan Carlos. Arronategi acudió a reconocer la zona cuando a él y a un compañero de la banda se les acercó un ertzaina que había visto algo sospechoso en su vehículo. La respuesta de los etarras no pudo ser más brural: abrir fuego contra el agente, que murió.

El momento González Peñalva murió tras ocho años de su salida;

Esteban Nieto apenas sobrevivió

seis meses

Indignació­n La excarcelac­ión

de Bolinaga, secuestrad­or de Ortega Lara y asesino, levantó

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