ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Telefónica vende las torres de Telxius a ATC y reducirá deuda en 4.600 millones
La operación, por 7.700 millones en efectivo, abre Europa a American Towers
Inicio de año intenso en Telefónica. La teleco presidida por José María Álvarez-Pallete informó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de la venta de la división de torres de telecomunicaciones de Telxius Telecom a American Tower Corporation ( ATC) por 7.700 millones de euros en efectivo. Una operación por la que transfiere activos en Europa (España y Alemania) e Iberoamérica (Brasil, Perú, Chile y Argentina), aunque la participada mantiene en sus manos el cable submarino valorado en unos 2.000 millones. También supone la entrada en Europa del gigante estadounidense, para convertirse en la competencia directa de Cellnex.
El acuerdo supone la venta de 30.722 emplazamientos de torres de telecomunicaciones a través de dos transacciones separadas: una para los activos en Europa y otra para las torres en Iberoamérica. De igual modo, ATC mantendrá el empleo y las filiales de Telxius adquiridas seguirán prestando servicios a la teleco española en condiciones similares a las actuales. Un movimiento que ha tenido el aplauso inmediato de los mercados: Telefónica lideró las subidas durante toda la jornada de ayer en el Ibex 35, rozando los cuatro euros por título y cerrando con una subida del 9,67% hasta los 3,94 euros por acción. En lo que llevamos de año la teleco se ha revalorizado más de un 21%. Además, se trata de un negocio muy lucrativo para los socios de Telefónica en Telxius: el fondo KKR (40%), que recibirá 3.000 millones de euros en plusvalías, y Pontegadea (10%), la inmobiliaria de Amancio Ortega, que ganará 770 millones.
La operación entra dentro de la estrategia de sacar el mayor rendimiento y valor a sus activos, dentro del proceso de reducción de deuda. En concreto, una vez se complete la venta del portafolio de torres, el pasivo de la teleco se reducirá en unos 4.600 millones de euros. Según informó la compañía, la deuda en el tercer trimestre de 2020 era de 36.676 millones de euros con vencimientos superiores a los dos años. Sobre esta transacción, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, señaló que «que tiene sentido estratégico dentro de nuestra hoja de ruta. American Towers era nuestro segundo proveedor tras Telxius». Además, puntualizó que «tras esta gran operación seguiremos centrados en nuestros objetivos más ambiciosos: la integración de O2 con Virgin en el Reino Unido, la compra de los activos móviles de Oi en Brasil y la reducción de la deuda».
Con la venta de las torres de Telxius, Telefónica avanza en la hoja de ruta establecida en noviembre de 2019, concentrándose en sus cuatro mercados prioritarios: España, Alemania, Reino Unido y Brasil. En estos últimos meses ha venido protagonizando diferentes movimientos como el impulso al despliegue del 5G en España, la mencionada fusión con Virgin (Liberty) en el Reino Unido, la creación de una compañía de fibra junto a Allianz en Alemania y, más recientemente, la compra de los activos móviles de la brasileña Oi. En paralelo, la operadora ha
Abiertos a más
operaciones Telxius mantiene activos como el cable submarino, valorado en 2.000 millones de euros
La operación anunciada por Telefónica en estos días de Filomena pandémica viene acompañada de numerosos efectos colaterales: unos beneficiosos, para la operadora y sus accionistas, y otros no tanto, para los competidores. Hacer caja con 7.700 millones de euros, unos múltiplos de valoración superiores en más de treinta veces el beneficio del activo, unas plusvalías de 3.500 millones y el compromiso de mantenimiento de los puestos de trabajo por parte del comprador es una suerte de cantar las cuarenta y anotarse las diez de monte en la reñida partida de las infraestructuras de telecomunicaciones. Claro que para el hasta ahora actor protagonisseguido revalorizando sus activos en Iberoamérica (Telefónica Hispam).
En cualquier caso, esta operación ha recibido la aquiescencia de analistas e inversores. Para Alberto de Torres, profesor de ESIC y CEO de Nektiu, con este movimiento la teleco «sanea deuda, para que no haya una compra de otros grupos». Para este experto, el ta conocido como Cellnex lo que se le ha venido encima es un temporal Filomena en toda regla. Con su borrasca del norte y su canesú.
Y es que lograr la friolera de casi 8.000 millones de euros por parte del negocio de torres –los activos en Reino Unido y el cotizado cable submarino quedan fuera del perímetro de lo acordado– es algo que difícilmente podían esperar Cellnex y Tobías Martínez, quien desde hace tiempo coqueteaba con la idea de ventilarse Telxius y contar quince por zamparse la ficha rival. «No te pido que lo superes, te pido que me lo iguales», tal y como lo vería nuestro José Mota.
Pero, claro, era imposible igualar ese montante, en efectivo y garantireto de Pallete, es «transformar Telefónica en una compañía de IoT, donde el negocio sean los datos y el móvil solo una parte», apunta.
Por su parte, Darío García de XTB, coincide en que la teleco se está «adecuando a los tiempos actuales» en el sector, buscando activos más líquidos, y reduciendo deuda. zando que no se destruyen los empleos. Imposible... salvo para otro grande de la talla de American Tower, un viejo conocido de Telefónica como socio prioritario desde hace años y un temido competidor para Cellnex, acostumbrado a ir sumando torres, tacita a tacita, sin que casi nadie le plantara cara en su terreno, en el de las infraestructuras de telecomunicaciones puras y duras. Para el amigo americano –ya imagino que la Administración Biden estará encantada con que uno de sus alumnos aventajados ponga un pie en Europa por la puerta grande–, la oportunidad es fabulosa... casi tanto como para KKR y Pontegadea, que han visto multiplicada su inversión de la noche a la mañana por acompañar a Telefónica en una travesía que hace apenas unos pocos años parecía una excentricidad.
Ahora, ya digo, a Martínez, hasta ahora prácticamente con el monopolio de las torres en Europa, le toca pico y pala, quitarse de encima la nieve apelmazada por el «big deal» y demostrar que debajo del manto blanco hay un modelo de negocio capaz de, por lo menos, igualar la operación de José María Álvarez-Pallete.