ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Un alcalde de Junts se pincha una vacuna que «sobraba»
El protocolo deja claro que los primeros que deben vacunarse en esta primera «oleada» de vacunaciones contra el coronavirus son los ancianos de residencias y personal sanitario. Pero el alcalde posconvergente de Riudoms (Tarragona), Sergi Pedret, que ni está en edad de riesgo –tiene 37 años–, ni es personal sanitario, ni vive en un geriátrico, también acabó poniéndosela. Él y otro de los concejales del gobierno municipal, también de Junts per Catalunya . «Si no, se tendrían que tirar», se justificó.
En la Residencia l’Onada de Riudoms se felicitaban ayer martes de que, por fin, las tan ansiadas vacunas de Pfizer llegaban al centro. Como no podría ser de otra manera, todos los ancianos recibieron la primera dosis programada. Sin embargo, cuando ya todos los internos se habían vacunado, todavía sobraban algunas dosis. ¿Qué hacer con ellas? Según TarragonaDigital, que adelantó la información, la directora de la residencia propuso a algunos de los visitantes habituales al centro que también se pusiesen la vacuna. Se le ofreció a un capellán que frecuenta la residencia, que la declinó, consciente de que no le tocaba. Sí que accedieron a pincharse, en cambio, el alcalde y su edil.
Ayer también se supo que trabajadores del Instituto Catalán de la Salud (ICS) «invitaron» a familiares suyos a vacunarse contra el Covid-19 en una residencia de personas con discapacidad en Tierras del Ebro (Tarragona). La Generalitat ha abierto un expediente informativo a los empleados y los ha apartado del trabajo.