ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
SALVAR VIDAS Y EMPLEOS POR ENCIMA DE IDEOLOGÍAS
No estamos haciendo frente a la vacunación con la amplitud de miras que un problema de esta magnitud requiere de los poderes públicos, Gobierno, comunidades autónomas o ayuntamientos
L ritmo actual de vacunación en España, incluso acelerándolo, tardaremos meses, quizá más de un año, en vacunar a la población, no a la de riesgo, pero sí a la población objetivo de nuestro país.
Es una grave irresponsabilidad pública y política. España hoy no está utilizando todos los recursos de que dispone para hacer frente a un objetivo de esta magnitud y de esta gravedad. Una situación de gravedad extrema, como lo demuestran las cifras de muertes diarias, la saturación de los hospitales y las UCI, el cierre de ciudades, de municipios, de la actividad económica y la destrucción de áreas empresariales con difícil recuperación.
No estamos haciendo frente a la vacunación con la amplitud de miras, con la inteligencia que un problema de esta magnitud requiere de los poderes públicos, Gobierno, comunidades autónomas o ayuntamientos. Es la realidad. Las cifras que estamos viendo nos dan vergüenza, nos sentimos maltratados, e incluso engañados, por unos planteamientos mezquinos y surrealistas.
No se están utilizando las vacunas recibidas porque son festivos, porque han hecho un plan rígido de población objetivo, porque no se ha planificado o no sabemos planificar un sistema inteligente, rápido y efectivo de vacunación, como en Israel,
AUK. y otros países. Podemos utilizar la sanidad privada, las mutuas laborales, personal retirado o jubilado para una vacunación masiva y urgente.
Nos va en ello la salud de nuestro país, sus empleos y nuestras empresas. No podemos seguir parados con la disyuntiva de sanidad pública/sanidad privada en unas circunstancias extremas como estas, dejando que primen las ideologías.
Sabemos cuál es el coste de cada enfermo de coronavirus en los hospitales públicos, dos o tres semanas de hospitalización, las UCI bloqueadas y urgencias colapsadas. ¿Sabemos cuál es el coste de no poder atender otras enfermedades?
Cuánto es ese coste frente a un acuerdo de X por vacuna a aquellos colectivos que estén preparados y den los niveles de seguridad suficientes.
¿Da miedo la imagen de aceptar el apoyo de la sanidad privada y otras organizaciones capaces de acelerar el proceso? Hay que saber políticamente explicar el planteamiento y hacer frente con valentía a las críticas mediocres por el bien de toda la población, frente a nuevos cierres, muertes y enfermos con secuelas. Debemos ser capaces de organizar vacunaciones masivas desde carpas, sin salir del coche, en espacios cercanos a los muchos hospitales de campaña o de nueva construcción que se han habilitado con la pandemia.
Hagamos un llamamiento, un grito a los responsables para que tomen decisiones valientes, planteamientos inteligentes y rápidos que aseguren que nuestro país está utilizando los recursos de que dispone, vacunando a su población antes del verano. Y seamos capaces de reabrir nuestro país a la economía, al turismo, al trabajo y al futuro.
BALDOMERO FALCONES
ES EMPRESARIO