ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Juan Antonio Cámpora Gamarra (1929-2021)
Figura clave para alumbrar la nueva arquitectura de la Corporación del ayuntamiento hispalense
Juan Antonio Cámpora (Dueñas, 1929Sevilla, 2021) fue secretario general del Ayuntamiento de Sevilla entre 1980 y 1994 y, por tanto, funcionario clave para que los alcaldes Luis Uruñuela y Manuel del Valle realizaran en esta ciudad la transición hacia un nuevo modelo de administración local acorde con las por entonces nacientes instituciones democráticas. Su dilatada trayectoria le llevó a ocupar la Secretaría de localidades de muy diversa índole, lo que sin duda contribuyó al profundo conocimiento de la administración española de que hizo gala a lo largo de su carrera.
En 1955 ingresó por oposición en el Cuerpo de Funcionarios de Habilitación Nacional, y su primer destino fue Conil de la Frontera (Cádiz), por entonces una pequeña villa agrícola y marinera que había de convertirse en su patria chica adoptiva al conocer allí a la que sería su esposa, Joaquina Pérez González-Linares. En años sucesivos fue recorriendo las Secretarías de Algeciras, Ceuta, San Fernando y El Puerto de Santa María. En 1973 saltó a la Secretaría de Sabadell, ciudad de pasado industrial y ferviente espíritu catalanista, en la cual afrontó la llegada del cambio de régimen propiciada por la muerte de Franco en 1975. Su conocimiento previo y simpatía por la lengua y cultura catalanas, así como su carácter abierto y dialogante, le granjeo el aprecio y amistad de las sucesivas Corporaciones sabadellenses. De este modo, al alcanzar la Alcaldía Toni Farrés (PSUC), éste encontró en Cámpora el apoyo técnico necesario para llevar a cabo la necesaria modernización de este ayuntamiento. En estos años ostentó también, entre otros cargos, el de secretario de la recién creada Mancomunidad de Municipios Sabadell-Tarrasa.
En 1980 ganó la Secretaría General del Ayuntamiento hispalense, coincidiendo en sus primeros años con el gobierno en coalición liderado por el andalucista Luis Uruñuela. Al frente de esta Secretaría afrontó el que definitivamente sería el mayor reto de su carrera, al encarar la recta final de la modernización administrativa de una de las ciudades más importantes de España. Su actitud eminentemente profesional y su rigor técnico encontraron una perfecta sintonía con el socialista Manuel del Valle, quien recordaba en varias entrevistas que la ayuda leal del alto funcionario resultó básica para conseguir la instauración de modos democráticos en todos los ámbitos de decisión del Ayuntamiento.
Simultaneó su carrera administrativa con una continuada labor docente en la universidad, que comenzó en la Autónoma de Barcelona, y continuó después en su alma mater, la Universidad de Sevilla. De recordar es también su actividad publicista, en la que demostró su ingenio, buena pluma y saber jurídico. Ahí están para demostrarlo sus colaboraciones en el ABC de Sevilla y dos libros de Derecho Administrativo que escribió con los profesores José Luis González-Berenguer y Alejandro Nieto, su gran amigo y pariente.
Su fallecimiento el pasado 5 de enero nos priva de una figura clave que realizó su labor en la sombra, pero que resultó esencial para alumbrar la nueva arquitectura de la Corporación del ayuntamiento hispalense.