ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Robles valora destituir al Jemad si sus explicaciones no resultan convincentes
Malestar en las Fuerzas Armadas por la «mala imagen» que da, pero también indignación por el filtrado de la noticia
operaciones internacionales que no han sido vacunados, como en Letonia.
Junto a la decepción hay otra sensibilidad en las Fuerzas Armadas: malestar, incluso indignación con el hecho de que se haya filtrado esta información. « Es una falta de lealtad al Jemad, que visita la misiones, que ha estado en Balmis y que no se habrá vacunado por su cuenta, sino siguiendo un protocolo», aseguran a ABC.
Unidas Podemos (UP) exigió ayer la dimisión de Villarroya, y de otros altos cargos militares por vacunarse contra el coronavirus sin pertenecer a ningún colectivo de riesgo. El portavoz de Defensa de UP en el Congreso, Enrique Santiago, líder del Partido Comunista, pidió que el Jemad fuese cesado directamente por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o que al menos dimita por voluntad propia cuanto antes. Sánchez no se pronunció al respecto, como era de esperar, y UP siguió presionando.
«Se saltaron la cola»
El diputado Santiago sostuvo que la ministra Robles tendrá que «dar explicaciones» si el Ministerio de Defensa «ha elaborado un protocolo que ha permitido a esos mandos vacunarse antes que la población o que otros militares en riesgo». Por su parte, el portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, aumentó la presión a los socialistas y pidió la dimisión de todos los que «se saltaron la cola», aunque más genérico, sin apelar al Jemad: «Los sinvergüenzas que se han vacunado saltándose la cola desde el privilegio de ser cargos públicos (cada día aparecen más) por supuesto deben dimitir todos, desde luego no pueden recibir la segunda dosis y posiblemente hayan cometido delitos de malversación y/o prevaricación».
Un rosario de casos
Este nuevo episodio se une al rosario de casos conocidos esta semana y que tuvo su episodio más trascendental desde el punto de vista político en la dimisión de Manuel Villegas, Consejero de Sanidad de la Región de Murcia, que se vio obligado a dimitir menos de 24 horas después de que se conociese su vacunación irregular. Un proceso que alcanzó a unas 400 personas de su consejería, entre las que se encontraba su mujer.
Rezagado por la dimisión del consejero de Sanidad de la Región de Murcia, el PSOE emitió ayer un comunicado esta tarde en el que pide a los cargos públicos que han incumplido el protocolo de vacunación que dimitan de sus puestos. El PSOE emitió esta nota tras conocerse un nuevo caso de un cargo público del PSOE, que se ha vacunado contra el Covid saltándose los protocolos establecidos por Sanidad. Se trata del alcalde Rogelio Garcés, primer edil de Asín, en Aragón.
Los socialistas «no consienten este tipo de actitudes insolidarias», dice el comunicado. Ferraz ya abrió un expediente y suspendía cautelarmente de militancia a los cuatro primeros alcaldes que se saltaron el protocolo. Pero la lista no ha dejado de crecer. En total son ya cerca de una treintena de cargos públicos los que han sido identificados en vacunación irregular.
Margarita Robles junto al Jemad, Miguel Ángel
Villarroya
categoría de hombre y mujer » . En Igualdad señalan que el sexo biológico no condiciona que se sea «mujer» u «hombre»; porque para ellos el género se «construye» socialmente. Una parte de la teoría «queer». En noviembre, entidades feministas enviaron una carta a Pedro Sánchez porque las leyes que supuestamente acuñan la igualdad en su Ejecutivo «borran a las mujeres», dardo directo al corazón de esta cuestión troncal en el feminismo. El presidente no se pronunció.
«El PSOE lleva presentando sus propuestas, legislatura tras legislatura. No es nuevo. Hay que recordar que en la presentación de su ley LGTB, en 2017, Podemos modificaba incluso artículos del Código Civil para eliminar el concepto de madre», recriminan por su parte organizaciones feministas de la órbita socialista.
«Los celos del PSOE»
El último gran enfrentamiento entre los partidos de la coalición de Gobierno fue el que protagonizó Montero con el ministro de Justicia, por cuyas manos pasan todos los anteproyectos de ley. Campo precisó que había muchas incorrecciones técnico-jurídicas de Igualdad en la redacción de la ley «del solo sí es sí». En respuesta, Iglesias sugirió que había «mucho machista frustrado». Podemos atribuyó este choque «a los celos del PSOE».
Dos semanas de tensión enconada después, la ministra de Igualdad se presentó el 3 de marzo en La Moncloa con su proyecto estrella. A la vicepresidenta Calvo también le corresponde supervisar en la mesa de secretarios y subsecretarios de Estado los textos antes de ser aprobados. Y a Calvo no le hizo gracia tener que dar el visto bueno al proyecto. Frente a la prensa, Montero reconoció la fricción entre PSOE y UP, quienes comparecieron cinco días después de forma desgajada, con pancartas y en lugares separados, en aquella marcha del 8-M.
Instalados en la desconfianza, el feminismo, y la materia de Igualdad, sobre todo, se torna una fuente de conflictos constante. Pasada la primera gran batida del SARS-CoV-2 y a dos semanas del Orgullo, Ábalos, Calvo y una pléyade de cargos socialistas clamaron contra el argumentario con que impregna Podemos la redacción de sus leyes, como las que preparan para defender al colectivo LGTB. Desde Podemos se critica como «tránsfobo» a un sector del feminismo socialista, entre los que apuntan a Calvo. No es casualidad que en «Salvados», en La Sexta, Iglesias le recomendara a la vicepresidenta la serie de «La Veneno».