ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El Kremlin boicotea las marchas de hoy en favor de Navalni
Detenciones de colaboradores del líder disidente por mover la protesta en las redes
Intimidación, detenciones, requerimientos a las redes sociales para que no difundan llamamientos convocando a las manifestaciones de hoy en 65 ciudades rusas, en apoyo del principal adversario del Kremlin, Alexéi Navalni, todo un vasto dispositivo de coacción dirigido a desmovilizar a la ciudadanía. La Justicia rusa ha abierto incluso una causa criminal contra quienes tratan de implicar a menores en las protestas. Así lo anunció ayer la portavoz del Comité de Instrucción (SK), Svetlana Petrenko, quien advirtió de que el órgano judicial ha recibido demandas de asociaciones de padres solicitando la adopción de medidas para impedir que los menores sean «utilizados» con fines políticos, ya que, al tratarse de actos no autorizados, «podrían conllevar acciones violentas peligrosas para su integridad física».
Y es que desde la red social Tik Tok, la más utilizada por los adolescentes, se está convocando a participar en las movilizaciones. Bajo amenazas de fuertes multas, la Fiscalía General de Rusia ha solicitado a Tik Tok, Twitter, Facebook, Instagram, Youtube y Vkontakte que silencien los llamamientos a acudir a las manifestaciones. Lo hizo ya el jueves y ayer volvió a insistir. El portavoz de la Fiscalía, Andréi Ivanov, ha advertido además que quienes sean detenidos en las manifestaciones «ilegales» de este sábado podrían ser acusados de «disturbios masivos» y pasar una buena temporada en la cárcel.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha calificado de «inaceptables» los llamamientos de Navalni y su equipo a secundar las protestas. Según sus palabras, «el incumplimiento de la ley tiene consecuencias», y «es especialmente grave que se trate de involucrar a menores de edad» en tales eventos.
Mientras tanto, en más de 20 regiones de Rusia están siendo detenidos quienes tratan de organizar las protestas, asegura el equipo del dirigente opositor, algunos de cuyos miembros también han sido arrestados, como es el caso de Kira Yarmish, la portavoz de Navalni; y Gueorgui Albúrov. Yarmish ha sido condenada a 9 días de prisión menor mientras que Albúrov deberá pasar diez días en los calabozos. Liubov Sóbol, otra de las colaboradoras del líder opositor, deberá pagar una multa de 250.000 rublos (unos 2.800 euros) por el mismo «delito», llamar a salir hoy a la calle para exigir la liberación de Navalni.
Retirada del vídeo
El martes, al día siguiente de que Navalni fuera condenado a 30 días de prisión preventiva, su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) publicó en Youtube un vídeo con una investigación relacionada con un lujoso y espectacular palacio a orillas del mar Negro, supuestamente perteneciente al presidente Vladímir Putin, que habría costado unos 100.000 millones de rublos (cerca de 1.120 millones de euros). La Fiscalía General ha pedido a Youtube que retire el vídeo, que supera ya los 40 millones de visitas.
Tras cinco meses en Alemania, a donde fue enviado en estado de coma después ser envenenado en la ciudad siberiana de Tomsk, el pasado mes de agosto, Navalni regresó a Moscú el pasado domingo junto con su familia. Fue arrestado nada más pasar el control de pasaporte.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, encendía ayer por la mañana todas las alarmas cuando dijo que las empresas tienen ya un «problema de solvencia y no solo de liquidez». Estas declaraciones esconden lo que los empresarios prevén un tsunami de cierres, especialmente pequeños negocios y autónomos, que ya en 2020 perdieron una media de 20.000 euros cada uno. Unos pudieron resistir, pero otros se vieron forzados a cerrar la persiana, cercados por el parón económico y las posteriores restricciones y confinamientos. El tejido empresarial está muy tocado y esto es lo que reflejan los datos de la Seguridad Social.
El año de la pandemia cambió la marcha de la economía global y España sufrió con más intensidad que otros países el azote del Covid-19, especialmente sus empresas. El coronavirus se llevó 109.389 negocios, según reflejan los datos de la estadíst i ca de l os códigos de cuenta de cotización que elabora mensualmente la Seguridad Social, un indicador de la marcha de la actividad empresarial y también de cómo van los ingresos del sistema, ahogado por el déficit y un endeudamiento explosivo, que ya en noviembre se había disparado hasta los 85.000 millones.
El impacto del virus sobre el tejido empresarial ha tenido sus picos en los últimos meses. El parón de la economía provocó que durante los primeros dos meses de la pandemia ( marzo y abril), un total de 142.000 empresas dejaran de cotizar a la Seguridad Social, un descalabro nunca visto antes en la historia. A medida que fueron avanzando las fases de desescalada por distintas partes de España, en mayo, junio y julio, la actividad empresarial comenzó a reactivarse y en este periodo la Tesorería de la Seguridad Social recuperó cerca de 55.644 empresas cotizantes. Es decir, que el sistema perdió casi 90.000 compañías respecto a las que tenía en febrero, el mes anterior a que se declarara la pandemia. En septiembre y octubre el tejido empresarial se recuperó, pero los dos últimos meses del año han sido dramáticos.
La tercera ola y la negativa del Gobierno a f l exibilizar l os despidos, como reclama CEOE, auguran también, según los empresarios, meses muy duros para el empleo. Ya en 2020 el mercado laboral mostró síntomas de debilidad como consecuencia de los rebrotes y una campaña navideña floja. Las compras y el turismo no ayudaron en un mes tradicionalmente bueno para el empleo. Bien al contrario, apenas creció la afiliación y el desempleo aumentó por primera vez en un mes de diciembre desde 2009. En el ejercicio se perdieron 360.000 afiliados y la evolución del empleo podría haber sido más dramática sin la protección de los ERTE, que se ha erigido durante la actual pandemia como un mecanismos para mantener un nivel mínimo de rentas para los trabajadores afectados y aliviar gran parte de los costes laborales para las empresas.
Si se suman los empleos destruidos el año pasado y los trabajadores en ERTE, el dato total supera los 1,1 millones de personas, el peor desde que hay registros. Hoy son poco más de 700.000 los trabajadores que siguen en regulación temporal de empleo, lejos de los casi cuatro millones que llegaron a estar protegidos por un instrumento heredado de la reforma laboral impulsada por el Gobierno del PP en 2012.
Un antes y un después
Habrá un antes y un después del 12 de marzo de 2020 en el mercado laboral español. Desde entonces se ha desandado mucho de lo avanzado en los últimos años, un revés sin precedentes de todos los indicadores económicos. Las cifras de la Seguridad Social reflejan que el número de empresas que en diciembre cotizaban a la Seguridad Social fue de 1.380.344, la más baja desde 2013, cuando la economía española seguía en recesión.
La tercera ola y los confinamientos asociados complican la situación económica y con ella la evolución para el tejido empresarial y del empleo. Como ya informó ABC, la virulencia del virus va a retrasar la recuperación y no será en 2021 cuando se produzca el rebote intenso que se esperaba hace unos meses, sino en 2022. Así lo reflejan las nuevas previsiones que han comenzado a publicar casas de análisis y organismos, y que dan por hecho que la tercera ola y las nue
1.380.344 empresas cotizaban a la Seguridad Social a cierre de 2020, el dato más bajo
desde 2013