ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Ganar puede ser muy aburrido
El Barcelona resuelve el trámite ante el Elche entre bostezos y sin brillo alguno
Los equipos pobres tienen frío y por eso sus jugadores juegan tan tapaditos, tan juntos. No me parece mal que los equipos pequeños se junten y jueguen a no perder. No me parece mal ni siquiera el antifútbol. Lo que me pregunto es qué sentido tiene. Yo nunca me reiré de los que reutilizan el aceite o no pueden dar pescado fresco a sus hijos. Pero lo que tampoco haré es reutilizar el aceite o llevar a mi hija a un colegio público si no tengo necesidad. Yo no pretendo despreciar lo justito, pero si puedo no es lo que comeré para cenar. El Elche, por el mismo motivo, tiene todo el derecho del mundo a jugar y a competir con toda una serie de equipos frioleros como él; lo que no es sensato es que el Barcelona pierda el tiempo y el dinero con partidos como el de Cornellá del martes y como el de ayer, que jugándose además a la hora de la siesta, subrayaba su falta de sentido y de interés, y el terrible aburrimiento. Un sueño sin esperanza me invadió.
El Elche sólo buscaba anular al Barça y el Barça sólo buscaba, sin encontrarlo, su sentido. Su misión. Algo que justificara su esfuerzo en aquella hora y espacio concreto, «y no se me ocurre nada». Lenta la tarde, lento el balón, lento el fútbol que no entiende su negocio y malgasta su potencial con entretenimientos de poca monta. Hacía 43 años que el Elche no le marcaba un gol al Barça y para favorecer la racha, Diego González se marcó en su propia portería. Hay dudas de si cuando De Jong impactó el balón ya había entrado o no del todo (se le concedió al holandés), pero son unas dudas que no me pueden importar. Y con mi hija despertándome porque me había puesto a roncar, llegamos al descanso. Vi entonces, camino de los vestuarios, al colegiado Pizarro Gómez con su terrible peinado: pelo de un castaño claro que parecía una descomposición y un tupé más largo que el resto del pelo, cortado en degradado tan infame como el partido.
Muy grande el Martínez Valero, ¿no? Me cuesta creer que cada partido se llene, es imposible que sea rentable. Con un fútbol más racional, y la competición ordenada según el talento y el dinero, y no el folclore del lugar de procedencia, el Elche podría jugar sus partidos en campos más discretos y apañados, y ganar más dinero construyendo pisos en lo que hoy es su estadio que con el fútbol.
Goles
De Jong abrió el marcador con un regalo del Elche y Riqui Puig, de cabeza, sentenció
al final