ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Albert Espinosa: «A nuestra generación solo le falta una guerra»
El escritor estrena este viernes en Movistar+ «Los espabilados»
«“Pulseras rojas” contaba la historia de cuando tuve cáncer a los 14 años y estaba en el hospital, pero los que me interesaban eran los chicos de la planta de arriba. Estaban allí por enfermedades mentales, se escapaban y había un detective que los iba a buscar. Siempre pensé que sería mi primera serie», cuenta Albert Espinosa, que ha adaptado su propio libro, «Lo que te diré cuando te vuelva a ver» (Grijalbo), traducido a veinte idiomas.
Movistar+ estrena este viernes los tres primeros episodios de la serie dirigida por Roger Gual. Álvaro Requena, Marco Sanz, Sara Manzano, Aitor Valadés y Héctor Pérez son los jóvenes protagonistas, escoltados por Miki Esparbé (el detective), Àlex Brendemühl y Marta Torné, entre otros. También Hanna Schygulla, un sueño hecho realidad. «Pensaba que no haría una serie tan pequeñita», confiesa el autor.
—¿Cuál es su «bomba»?
—¡Es tan personal! Es lo que te pasó de pequeño y salpica tu relación con todos. Es la base de la historia. Todos los personajes tienen una muyy potente que se va descubriendo. —¿El origen de casi todos s los males es la falta de e amor en la familia? —Sobre todo está en la in- comunicación, a veces en n la familia, pero también n en la propia persona. —Valora mucho a la gente mayor.
—En el hospital hice amigos y descubrí lo que nos tienen que enseñar. Si sigues en el juego, me dijo uno, tienes mucho ganado. Con los años lo entendí. Es tan fácil suicidarte,te, que te pase cualquier c cosa... Con la pandemia p hablo con muchos m mayores. Hace poco p otro me decía que en cualquier vida te tropezarás p con una grave enfermedad, en una crisis económica ec y una guerra. A nuestra generación solo le falta la guerra.
—Creo mucho en saber
qué te puede pasar y prepararte.
—Sí, realmente creo que esta generación que ha vivido la pandemia acabará siendo la más preparada emocionalmente. Ningún niño se vuelve complicado si no es por culpa de un adulto estropeado. La serie va un poco de ello. —Con todo lo vivido, ¿cómo empatizar tanto con el sufrimiento ajeno? —Porque me eduqué con el sufrimiento. Muchos de mis amigos morían y no me parecía triste, es parte de la vida. Oscar Wilde decía que el dolor es la emoción suprema.
—¿Se siente con una misión?
—No. Me gusta hacer las historias que me tocaron de pequeño, como «El club de los poetas muertos» o «Cuenta conmigo». Te curan o te ayudan. Los espabilados es como «24» mezclado con «Alguien voló sobre el nido del cuco». —Ya ha convertido a algunos chicos en estrellas. ¿Estos tienen potencial? —Bastantes tendrán una carrera amplia, pero sobre todo buscamos buenas personas. Cuando dudábamos entre dos, nos quedábamos el de familia más enrollada, que fuera bueno. La bondad es muy importante. Son rodajes largos. Eso me lo enseñó Mercero. Me dijo que están los diez terroristas más buscados y los diez ternuristas más buscados, que me pondrían en la lista.
—La bondad y la ternura son bastante despreciadas en todos los ámbitos. —Si en una película pones terror o asesinatos crueles, ahí no hay límite, pero si pones ternura es un delito. A mí me alimenta. «Pulseras rojas» se ha visto en 22 países, hemos ganado dos Emmy, Spielberg hizo su versión y creo que nació de la ternura.
«Si en una película
pones terror o asesinatosasesinatos, ahí no hay límite, pero si pones ternura
es un delito»
EL CINE EN TELEVISIÓN