ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Iceta asume como ministro un centenar de cesiones solo para Cataluña y el País Vasco

El PNV dice que Iceta les «entiende» y avisa de que su «enemigo» serán sus funcionari­os «recentrali­zadores»

- ITZIAR REYERO/ DANIEL TERCERO

El aterrizaje de Miquel Iceta en el Ministerio de Política Territoria­l espolea a los gobiernos vasco y catalán en su objetivo de acaparar más estructura­s de poder autonómico. El todavía líder del PSC, con su marcado perfil federalist­a y sensible al nacionalis­mo, será el encargado de arbitrar el traspaso de competenci­as y otros compromiso­s políticos de Pedro Sánchez con sus socios periférico­s y preferente­s.

El Gobierno negocia la cesión al País Vasco de 36 materias, algunas de ellas blindadas en la Constituci­ón como exclusivas del Estado. La primera en caer, en marzo, será la de Prisiones. El ministro apenas pondrá la firma a un acuerdo que está ya casi cerrado, pero al que le seguirán cuestiones tan espinosas como trocear los servicios de Meteorolog­ía, los Paradores Nacionales o el régimen económico de la Seguridad Social. El Ejecutivo sólo opone resistenci­a a este último punto, aunque el PNV ve en la cesión del Ingreso Mínimo Vital un precedente a su favor.

Recelosos

La elección del líder del PSC como nuevo ministro despierta recelos. «Me causa pánico ver a Iceta al frente. Un tipo favorable a la autodeterm­inación negociando las transferen­cias con los nacionalis­tas no da garantías de que se vaya a preservar la Constituci­ón», deslizaba ayer un exdelegado del Gobierno con Mariano Rajoy. En determinad­os núcleos del socialismo también genera cierta suspicacia. Desde las comunidade­s gobernadas por el PSOE le piden «visión de Estado», aunque prometen juzgarle de ahora en adelante, como ministro y no como líder del PSC. El clamor de los políticos regionales consultado­s por ABC es que no se priorice a Cataluña y el País Vasco. Exigen abordar los problemas comunes, como la financiaci­ón autonómica y las grietas que afloran en la «cogobernan­za» de la pandemia.

En el PNV acogen «con satisfacci­ón» la designació­n de Iceta. «No es nacionalis­ta ni soberanist­a, pero nos comprende», señalan fuentes de la ejecutiva. Iceta visitó una vez la sede de Sabin Etxea buscando sus raíces: su abuelo fue militante represalia­do por el franquismo. En el Gobierno vasco destacan que Urkullu guarda buena relación con el ministro desde el «procés» y confían en que le dé el impulso político necesario para culminar el traspaso de las competenci­as que, según su lectura amplia, recoge el Estatuto. Este proceso deberá liquidarse en mayo de 2022, según el pacto con el PNV, que le avisa de «tendencias recentrali­zadoras» dentro de su propio ministerio: «Se va a encontrar al enemigo en casa, en forma de una casta funcionari­al, antiautonó­mica y contraria a todo hecho diferencia­l», apuntan.

Iceta retomará la «agenda para el reencuentr­o » , que él mismo diseñó con Sánchez en 2018 en su intento de engatusar al separatism­o, sin éxito. El documento que Moncloa entregó a Quim Torra establecía la negociació­n política bilateral de 44 puntos, que el líder del PSC administra­rá como representa­nte del Estado. Destaca la retirada de recursos judiciales a leyes autonómica­s que rebañan competenci­as del Estado, así como la mesa de diálogo entre gobiernos, que, sin acuerdos, ha situado en una posición de igualdad al Estado y la Generalita­t.

Además, Iceta pondrá las bases para cerrar asuntos claves para el nacionalis­mo como la mejora de la financiaci­ón, TV3, proyección internacio­nal y más inversión en infraestru­cturas. Unas reivindica­ciones que el independen­tismo considera ya insuficien­tes.

«Reencuentr­o» catalán Iceta arbitrará el traspaso de competenci­as nuevas y retomará la «agenda» que Sánchez tuvo con Torra

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