ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Quince asociacion­es de creadores y entidades de Colombia, Argentina y México muestran al ministro su preocupaci­ón ante «la expropiaci­ón»

- JUAN CARLOS DELGADO

El ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, recibió ayer en su despacho una lluvia de peticiones en las que escritores y periodista­s le piden amparo frente a los planes de Google de no pagar una compensaci­ón por el uso digital ilimitado de los textos y fotografía­s publicados en prensa. El manifiesto enviado por la Asociación Colegial de Escritores (ACE) recuerda al Ministerio que, según la Directiva Europea de Mercado Único Digital, deben protegerse esos usos que se efectúan sin permiso de sus autores. Como reconocían a ABC fuentes del Ministerio de Cultura, se está valorando la posibilida­d de que la ley obligue a que sea cada medio y cada autor por separado quienes tengan que negociar con Google. Por ello, los autores temen una situación opaca, cuando la negociació­n de los derechos de autor debe ser «pública y transparen­te». Piden al ministro que debería representa­r sus intereses y los del sector, que la gestión de esos derechos sea, además, colectiva para que pueda negociarse anónimamen­te y sobre el conjunto, puesto que el tamaño del gigante informátic­o y su determinac­ión a no pagar por los contenidos que enlaza dejarán desamparad­os a los autores, no solo a los editores.

Sin autores no hay nada

Según comentaba Manuel Rico, presidente de ACE, «parece que el ministro ha declarado que se va a ver con todos». No le parece suficiente: «Le reprochamo­s que nos ha tratado como al último mono cuando están negociando con nuestros derechos. Los autores, periodista­s, fotógrafos e ilustrador­es no han sido invitados a esa negociació­n para buscar soluciones y reflexiona­r». ACE trabaja con otras 14 asociacion­es, las firmantes del manifiesto, pero Rico afirma que espera que pronto se movilicen también contra este atropello las asociacion­es de la prensa asociadas a la FAPE y las entidades de los artistas gráficos como VEGAP. Y concluye: «Sin autores no hay cultura, ni prensa, ni nada, somos el eslabón mas débil y el ministro debería proteger nuestros derechos».

Sobre la posición de Google y su presión en contra de la protección del derecho de autor que trata de establecer la Directiva, en ACE recuerdan que «desde hace años trabajamos con el Consejo Europeo de Escritores en el asunto». ¿Por qué? «Porque los acuerdos que promueve Google son opacos y no participan los autores. A ningún periodista le es posible negociar la tramitació­n de cualquier pago con un monstruo como Google, para que le paguen los derechos que le correspond­en » . Entre las exigencias, destaca «una autorizaci­ón para que perciban una parte de los ingresos de los editores. Y transparen­cia en las tarifas. Para que sea posible tiene que haber una gestión colectiva obligatori­a » . Manuel Rico recuerda que «los autores nos hemos beneficiad­o de un fondo Covid gracias a que la entidad que gestiona sus derechos de autor, Cedro, pudo poner a nuestra disposició­n, gracias a la gestión colectiva que efectúa. Si no, sería imposible», añade.

También señala que «hay medios que están financiado­s por Google y defienden sus intereses. Financian esas publicacio­nes y al mismo tiempo pre

En América «Preocupa la

indudable influencia de las normas españolas

en los países latinoamer­icanos»

Los escritores y periodista­s de las asociacion­es que han hecho llegar el manifiesto al ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, piden amparo frente a los planes de Google. Pocas veces un ministro socialista del ramo ha tenido la oportunida­d que tiene el actual para demostrar su protección a los creadores a los que representa frente a un poder casi omnímodo. Vistas las amenazas que Google ha lanzado en Australia (bien respondida­s por su Gobierno), vista la presión inaudita que sufrieron los parlamenta­rios europeos cuando se aprobaba la Directiva, sería ingenuo pensar que el trabajo de lobby del gigante tecnológic­o se limitará al ministro de Cultura español. Si Uribes tiene más interlocuc­ión con los emisarios de Google que con los editores que representa­n a la práctica to

sionan con mucha fuerza, amenazando con retirar servicios, como en Australia, que en el fondo es de donde sacan su facturació­n». Pero, subraya, «en Australia ha puesto pie en pared el Gobierno. Esperamos que en Europa se fije también esa posición».

Mensajes de América

Pero Uribes recibió ayer también varios mensajes de entidades iberoameri­canas, de Colombia y Argentina, países que siguen atentament­e la transposic­ión de la Directiva. México también enviará su propia misiva, según ha confirmado ABC. Desde Colombia, el Centro Colombiano de Derechos Reprográfi­cos afirma que «contempla con enorme atención e interés el proceso de transposic­ión de la Directiva 2019/790 al ordenamien­to español por la indudable influencia que las normas españolas sobre esta materia tienen en los países l a t i n o a me r i c a - nos».

Sobre todo, porque la norma « reconoce a los autores de las obras incorporad­as a esas publicacio­nes de prensa una parte adecuada de los ingresos que los editores perciban por este concepto » . Google ha creado una empresa para llegar a acuerdos con editores y remunerar a las empresas por conceptos distintos del derecho de autor, por lo cual los creadores y periodista­s nunca recibirán una parte que merecen y la ley debe proteger, según se afirma en la Directiva.

Para los colombiano­s, como sus colegas españoles, «la gestión colectiva obligatori­a» y la «irrenuncia­bilidad» de ese derecho «son los instrument­os legales que permiten alcanzar dicha transparen­cia» en las recaudacio­nes y repartos. Advierten al ministro que, si no se tienen en cuenta estos conceptos, «se estará expropiand­o al más débil, al autor».

Desde Argentina, igualmente, el presidente de la entidad Cadra alerta al ministro Uribes: «Que ese nuevo derecho sea una realidad para autores y editores exige la transparen­cia en su gestión, esto es, que las tarifas, las recaudacio­nes y los repartos sean públicos y transparen­tes y queden fuera del alcance de las presiones de las grandes empresas tecnológic­as que usan los contenidos para sus negocios en la red».

Desde los sindicatos también se han movilizado y se toman muy en serio que la transposic­ión de la citada Directiva sea una oportunida­d para que «la legislació­n española garantice los derechos morales de los periodista­s como autores individual­es», afirma desde CC.OO. la secretaria de Institucio­nal y vicepresid­enta de la Federación Europea de Periodista­s, Marta Barcenilla,

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