ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
¿DÓNDE QUEDA EL DEBER POLÍTICO ?
El Gobierno quiere que renunciemos libremente a nuestros derechos para evitarle el trabajo sucio contra el virus
CUANTO más crece la tercera ola, más son los políticos que cargan la culpa a la falta de responsabilidad individual. Protesto. Hay familias enteras que se han contagiado siguiendo a pie juntillas lo que sus gobernantes les habían dicho que podían hacer: reunirse seis personas en Navidad, con mascarilla salvo para comer, higiene de manos y retirada antes del toque de queda.
El respeto de cada ciudadano a las normas sanitarias es crucial, por supuesto. Pero tanto como la responsabilidad del político a la hora de adoptar las medidas necesarias en cada momento. No se puede apelar a la responsabilidad del individuo para que se quede en su casa en lugar de tomarse una caña en el bar que sigue abierto, ir al gimnasio que le sigue cobrando la cuota mensual o salir de compras al centro comercial que mantiene su operativa con normalidad. Nos piden que salgamos solo para lo esencial que se define, básicamente, como actividades laborales, educativas o sanitarias. Pero el ciudadano ve que, a su alrededor, todo sigue abierto. Lo que en realidad se nos pide, por tanto, es que vayamos mucho más allá del deber individual –el cumplimiento de las normas–, y que renunciemos voluntariamente a nuestros derechos. Una especie de «hágase» que libre a nuestros dirigentes de hacer aquello por lo que cobran su sueldo: aplicar las medidas correctas, aunque sean difíciles, y trasladar los mensajes que correspondan, aunque sean desagradables. ¿Arduo? Sí, pero para eso se supone que tienen liderazgo. Quien no lo tenga o no quiera ejercerlo que se dedique a otra cosa. Ser político no es solo viajar en Falcon.
Pasemos ahora a aquellos ciudadanos incívicos que no cumplen las normas sanitarias. ¿No será también labor de los políticos aplicar las medidas disuasorias necesarias para que esas conductas se erradiquen o se reduzcan al mínimo? Si hay personas a las que les compensa arriesgarse a pagar una multa a cambio de no llevar mascarilla, ¿no habrá que elevar la sanción?, ¿reforzar la vigilancia?
Es una auténtica tomadura de pelo cargar el grueso de la culpa a los ciudadanos cuando las medidas políticas que se están tomando son claramente insuficientes, cuando Pedro Sánchez no quiere ir al Congreso a cambiar el decreto de alarma simplemente porque la oposición le canta las cuarenta. ¿Es de recibo que a estas alturas sigamos con un marco jurídico que no permite confinar independientemente del descontrol que alcance el virus? ¿Qué las recomendaciones sanitarias europeas se ignoren sistemáticamente? La última, aislar a todos los territorios con una incidencia superior a 500. ¿Ustedes han escuchado que España vaya a aplicarlo? Yo tampoco. Seguro que también será por culpa de los ciudadanos.