ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

La cúpula de las FARC, acusada de crímenes de lesa humanidad

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La Justicia de Paz acusa a exjefes de las FARC por crímenes de guerra

La JEP les considera coautores de privacione­s de libertad, toma de rehenes y torturas

Hay dos imágenes que acompañará­n a los colombiano­s durante años: la de Ingrid Betancur, entonces candidata presidenci­al, encadenada, muy delgada y agotada, y la de soldados enjaulados en medio de la selva, aferrados a la malla de su cautiverio como quien se aferra a la vida. Retratan la degradació­n a la que llegó Colombia en su guerra y que la Justicia Especial para la Paz ( JEP) ha hecho visible al imputar cargos de lesa humanidad a ocho miembros de la cúpula de la entonces guerrilla de las FARC, en el proceso de revisión de 9.000 hechos que adelanta la Sala de Reconocimi­ento de la JEP desde 2018. Se trata del Caso 001, referido a la «Toma de rehenes y graves privacione­s de la libertad cometidas por las FARC-EP». Este caso cubre el periodo 1993-2012 y tiene 2456 víctimas acreditada­s.

Es un expediente enfocado en las responsabi­lidades del Secretaria­do, la cúpula al mando de la guerrilla que se desmoviliz­ó en 2016 tras la firma del Acuerdo de Paz. Así, la Sala de Reconocimi­ento acusa a Rodrigo Londoño «Timochenko» y hoy líder del partido Comunes –tras el cambio reciente de nombre–; Pastor Alape Lascarro; Pablo Catatumbo Torres Victoria; Julián Gallo Cubillos (Carlos A. Lozada); Rodrigo Granda Escobar; Milton de Jesús Toncel ( Joaquín Gómez); Jaime A. Parra (Mauricio Jaramillo); y Juan Hermilo Cabrera, conocido como Bertulfo Álvarez y que murió hace pocos días.

Mandos medios y rasos

Esta primera imputación, histórica en Colombia, además de las implicacio­nes judiciales, conlleva un mensaje poderoso para los mandos medios y rasos que tuvieron a cargo a los secuestrad­os o realizaron el secuestro de las 21.326 víctimas identifica­das por la JEP: la responsabi­lidad no recaerá solo sobre ellos, sino también en la dirigencia de la exguerrill­a, lo cual permitirá que mandos y tropa digan toda la verdad y la JEP pase a definir las responsabi­lidades ya no solo de la dirigencia nacional, sino regional. Todos los casos, eso sí, como parte de las prácticas y políticas «que dan lugar a patrones de criminalid­ad, son crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad», como lo señaló el presidente de la JEP, el magistrado Eduardo Cifuentes.

Si bien los acusados dicen someterse a la JEP, consideran que no se trata de aceptar crímenes a nombre propio sino en conjunto. «La idea de esta justicia (…) es atribuir las responsabi­lidades colectivas», dijo a RCN Radio el congresist­a del Partido Comunes Carlos Lozada, imputado por la JEP. Lo que sigue es la presentaci­ón, en los próximos 30 días, de la excomandan­cia de las FARC ante el Tribunal Superior, aceptar o no la imputación y, según el caso, recibir la sentencia del tribunal, que puede significar entre cinco y ocho años de restricció­n de la libertad, sin cárcel, y las demás sanciones previstas por Justicia transicion­al, incluido que los acusados salgan del Congreso, o una sentencia de 20 años de prisión en caso de no reconocer la responsabi­lidad y pasar a la Justicia ordinaria.

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EFE

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