ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Kristen Stewart, la décima Lady Di
La vampira de «Crepúsculo» recrea la melancolía de la Princesa de Gales en su última Navidad con los Windsor
ontó la difunta Diana de Gales a su biógrafo, Andrew Morton, que su primera Navidad en Sandringham fue de pesadilla, más allá del hecho de que aquel diciembre de 1981 fuera obsequiada con un cojín que echaba pedorretas. Una idea gamberra de su suegro, Felipe de Edimburgo. Las bromas y la fina ironía, cuando no el sarcasmo, que gastaban los Windsor dejaban a la princesa indefensa. Pero se trataba de resistir un par de días en esa especie de «lata de sardinas» que, según los medios británicos, se convierte Sandringham House cuando allí desembarcan todos los miembros de «La Firma» –tal y como se conoce el núcleo duro de la Familia Real británica–.
La residencia del condado de Norfolk solo tiene 29 habitaciones y alguno no tenía otra que acomodarse en los cuartos de servicio, ausente por vacaciones. Así, el rígido protocolo de los Windsor quedaba en agua de borrajas entre regalos de baratillo, juegos disparatados y comidas bastante frugales. El día 25, tras el servicio religioso en la iglesia de Santa María Magdalena, cada Windsor, salvo la Reina y el Duque de
CEdimburgo, se marchaba por donde había venido.
La de 1994 fue la última Navidad de Diana de Gales en el «infierno de Sandringham». Y son precisamente esos dos días en los que el director Pablo Larraín y el escritor Steven Knight, guionista de la serie «Peaky Blinders», han situado a Kristin Stewart para encarnar a una princesa que tres años antes ya se había convencido de que su matrimonio con el Príncipe Carlos iba a ninguna parte, pero que hacía el paripé para no amargarle las fiestas a sus hijos Guillermo y Harry. La película, bajo el nombre de «Spencer», habla de la soledad de Lady Di en uno de los momentos claves de su vida: cuando decidió no continuar con la farsa. Verá la luz con motivo del 25 aniversario de su muerte en París, en 1997.
Kristen Stewart mide 1,65 metros. Diana de Gales rozaba los 1,80 metros. Pero la primera imagen de aquella vampira que en «Crepúsculo» devoró a la audiencia destila toda la melancolía de la «princesa del pueblo» en plena crisis matrimonial y personal. Ataviada con un estilismo que emula uno de los mejores looks de ochenteros de Diana (abrigo rojo de grandes hombreras, sombrero con redecilla y blusa negra con lazada al cuello), la actriz californiana mira por una ventana con idéntico ladeo de cabeza. Stewart borda los papeles de mujeres tristes.
Tras la polémica cuarta temporada de «The Crown», copada por la irrupción de Diana Spencer como fenómeno sociológico, es probable que las reacciones hacia « Spencer » de los mismísimos Windsor, a través de personas interpuestas, no se hagan esperar. Emma Co
una actriz británica encumbrada gracias a su trabajo en la serie de Netflix, tenía un año cuando Lady Di se dejó la vida en el parisino Puente del A lm a . Stewart, que ya había cumplido los 7 años, recordaba en una entrevista con Jimmy Kimmel que, pese a su corta edad, llegó a sentir admiración hacia la princesa.
Las versiones de la princesa
Ahora, la Bella Swan de «Crepúsculo» tiene el reto de sacar adelante un personaje que, además, de Corrin, han encarnado actrices con desigual fortuna: Elizabeth Debicki para la quinta temporada de «The Crown»; Naomi Watts, estupenda en la mediocre «Diana»; Julie Cox, quien en 1996 se atrevió a recrear su romance con James Hewitt; Caroline Bliss, en el biopic televisivo «Carlos y Diana: una historia de amor»; Serena Scott Thomas, en «Diana: su historia verdadera»; Nicola Formby, en «La mujer de Windsor»; Genevieve O’Reilly para el docudrama « Diana: los últimos días de una princesa » ; o Catherine Oxenberg, quien en 1982, un año después de la boda real, rodó «Un palacio dividido».
La película, de Pablo Larraín, se estrenará en el 25 aniversario de la muerte en París de la princesa