ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Los tres frentes de la batalla contra el pedófilo invisible
pecializados en la utilización de la ingeniería social como medio para acercarse a los menores, siempre con algún tipo de finalidad sexual (...) Se hacen pasar por menores para ganarse la amistad de la víctima y luego, con engaño y embaucamiento, llegar hasta el chantaje de carácter sexual». El problema no se queda ahí. Además de conseguir material prohibido de sus víctimas, esas fotos o vídeos pueden llegar a circular por internet. Este hecho estigmatiza –tantas veces como se comparta el contenido– a la víctima que, años después, puede volver a encontrarse con una foto comprometedora suya circulando sin control.
El informe que la Europol puso sobre la mesa de los eurodiputados para persuadirles del problema radiografía el «modus operandi» de los ciberacosadores. Operan tanto en el internet convencional como en la conocida como «dark web». En el primer caso aprovechan foros privados de pedófilos o, directamente, sistemas de mensajería o de intercambio de documentos para compartir los archivos que les facilitan los menores. Ahí es donde vierten y buscan material pedófilo que emplean bien para autoconsumo o bien como moneda de cambio en sus engaños a menores. El segundo espacio, no regulado, es el nicho para los pedófilos con perversiones más extremas.
Que los teléfonos móviles de última generación estén en manos de niños o adolescentes sin vigilancia ni control parental allana un poco más el camino a estos depredadores, que incluso llegan a chantajear a los menores para que les den más contenido de carácter sexual. El problema es que estos jóvenes
El ciberacoso a menores cada vez es un problema mayor y tuvo un repunte durante los meses más duros de la pandemia