ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Pandemia
«España no ha hecho las cosas ni mucho mejor ni mucho peor que los países de su entorno»
«Los que me acusan de ser un mal ministro son los que me reprochan que me vaya. O una cosa o la otra»
De ministro de Sanidad sin competencias pasó a ser el político español con más proyección mediática de la democracia. Fue secretario de organización del PSC, maquinista, apparátchik y discreto, y hoy es el centro del tablero político catalán, el rival a batir de los demás candidatos, y el más probable ganador de las elecciones autonómicas del próximo 14 de febrero. Salvador Illa Roca (La Roca del Vallès, 1966) fue también, durante 10 años, alcalde de su población natal.
—Sus detractores le llaman el peor ministro de Sanidad de Europa. —España no ha hecho las cosas ni mucho peor ni mucho mejor que los países de su entorno. Y no estamos aún al final de la pandemia, sino al principio del final. Lo digo porque he escuchado comparaciones con países que al cabo de pocos meses pasaban por situaciones complicadas.
—Hemos hecho el ridículo.
—En Occidente hemos aprendido que somos vulnerables.
—Digo en España.
—Factores que en principio son de éxito como una alta esperanza de vida y tener muchos más visitantes y turistas de los que, por ejemplo, tiene Alemania, han tenido mucho que ver con lo que hemos sufrido.
—Y un día antes de terminar el año, anuncia que deja el Ministerio.
—Me fui con sentimientos encontrados. Como ministro he vivido momentos muy intensos con servidores públicos que me han impresionado y que siempre tendrán mi admiración y afecto. —Pero se fue.
—Yo no quería marcharme, no estaba en mi cálculo ni en mi ánimo dejarlo. —Y entonces, ¿se tropezó con algo? —No. El PSC me pidió que volviera a Cataluña con el beneplácito del presidente Sánchez.
—Una operación política en media pandemia.
—Me fui cuando ya había comenzado el proceso de vacunación en toda Europa. No en la hora del esfuerzo y de la crudeza sino en el punto en que ya puede empezarse a ver la solución. Y mi destino no es precisamente cómodo. —Los datos aún son terribles.
—Son aún delicados pero remiten. La tendencia es ya a la baja.
—Semana Santa.
—No, el punto de inflexión será el verano.
—La mayoría de científicos consultados se toman a broma la promesa de que en verano el 70% de los españoles estaremos vacunados.
—Yo creo que vamos a conseguirlo. Cada vez se irán autorizando más vacunas y su sistema de producción será más rápido. Estamos alcanzando la velocidad de crucero y en unas semanas la progresión no será geométrica, sino exponencial.
—También nos dijo que no hacían falta mascarillas y Pedro Sánchez nos animó en verano a la vida loca de salir y gastar.
—Yo le di a usted en verano la exclusiva de que antes de fin año tendríamos la vacuna. Algunos de mis compañeros me lo reprocharon, me acusaron de imprudente. Y no le mentía, empezamos a vacunar el día 27 de diciembre. Y en toda Europa.
—Reino Unido compró más vacunas y ya están vacunados el 20 por ciento de los británicos.
—Autorizaron antes algunas vacunas. Europa ha comprado el doble de las vacunas que necesita. El Reino Unido ha ido más rápido pero lo que juntos hemos hecho los europeos durante la pandemia y para tener las vacunas ha sido extraodinario.
—Hemos racaneado. Hemos tardado. Nos hemos hecho un lío.
—Es verdad que ha habido problemas. Pero se están solucionando y en muy poco tiempo el sistema de vacunación será plenamente efectivo.
—Tendría que haberse quedado en el Ministerio hasta acabar el trabajo. —Me hubiese gustado quedarme seis meses más y poder haber dado por solucionado el problema. Pero tiene razón Miquel Iceta cuando dicen que los momentos no se eligen, sino que se presentan. No se pueden desaprovechar. Y de entrada se me tiene que reconocer el mérito de haber puesto de acuerdo a todos los partidos catalanes, aunque sólo sea para ir contra mí.
—Antes había puesto de acuerdo a todos los partidos nacionales para cuestionar su labor como ministro. —¿No le parece curioso que los que me dicen que he sido el peor ministro de la Historia sean los mismos que luego me reprochen que me marche? O una cosa, o la otra. ¿No le parece?.
—Tras su experiencia en tiempo de pandemia ¿considera adecuado que las competencias de la Sanidad estén casi todas transferidas a las Comunidades Autónomas?
—Hemos funcionado razonablemente bien. Hay mecanismos para recuperar, si es necesario, el mando único, como pudimos ver con el Estado de excepción, que confiere poderes realmente extraordinarios. También quiero decir que no fue necesario aplicar todas las medidas que el Estado de excepción nos permitía porque la sanidad privada respondió con un gran sentido de responsabilidad y de Estado. Quiero aprovechar las páginas de ABC para expresar mi reconocimiento y mi gratitud.
—Luego el Gobierno se sacó el problema de encima y se lo cargó a las comunidades.
«El punto de inflexión será en verano. Llegaremos al 70% de vacunados, creo que vamos a conseguirlo»