ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La edad media de los voluntarios baja de los 60 a los 39 años
El año pasado Cruz Roja duplicó el número de sus colaboradores, mientras que Cáritas Madrid los multiplicó por cinco
La pandemia de Covid-19 ha supuesto un enorme reto para muchos sectores de la sociedad, también el de la solidaridad, que se ha visto obligado a adaptarse en muy poco tiempo a un contexto de emergencia social inédito en la historia reciente de España. Lejos de sucumbir a las enormes restricciones impuestas por el virus a lo que ellas mejor saben hacer –el trabajo a pie de calle–, las organizaciones no gubernamentales han vivido estos últimos meses una verdadera revolución entre las filas de su voluntariado.
Durante el año que acabamos de terminar –de los cuales diez meses fueron en el contexto de la pandemia– estas entidades sociales han sido testigos de un auténtico «tsunami» de nuevos voluntarios. Este aluvión de colaboradores les ha permitido responder con eficacia a las necesidades de una población cada vez más empobrecida y ha provocado además un inesperado rejuvenecimiento de sus bases.
En algunas instituciones de la Iglesia, como Cáritas Madrid, en menos de un año la edad media de sus colaboradores ha caído en más de dos décadas, al pasar de los 60 a los 39 años. «Es algo desconocido para Cáritas Madrid y para las entidades en general», comenta Pilar Algarate, responsable del voluntariado en esta organización.
Acostumbrados a contar con 900 o 1.000 nuevas incorporaciones al año, esta organización caritativa sumó durante 2020 más de 5.500, de los cuales menos del cinco por ciento fueron personas mayores de 65 años. Ni en los peores años de la recesión económica cuando el desempleo llegó a afectar a cinco millones de trabajadores y abocó a la exclusión social a tres de cada diez familias en España, esta institución consiguió reclutar tantos voluntarios. En 2010, por ejemplo, 1.800 personas solicitaron colaborar con Cáritas Madrid. «Estamos en unas cifras que no habíamos tenido nunca. En la crisis económica vimos una solidaridad abrumadora, pero nunca como la que estamos viviendo ahora mismo. La gente está respondiendo porque todos somos sensibles a la situación que estamos viviendo», apunta.
Según datos de la Plataforma Española de Voluntariado (PEV), más de dos millones de personas que nunca habían hecho voluntariado se han sumado a algún tipo de acción solidaria durante la pandemia. En España hay unos 2,5 millones de personas que realizan alguna tarea solidaria de forma constante, lo que abarca al 6,5% de la población.
«Toda la lógica»
Cruz Roja Española también ha vivido un proceso similar pese a que la media de edad de sus colaboradores altruistas era ya bastante baja antes de la irrupción del SARS-CoV-2. «En nuestro censo de personas voluntarias, la pirámide estaba un poco más rejuvenecida que la media de la población de España, pero es cierto que con el Covid hemos notado un incremento en la incorporación de voluntarios, sobre de todo de personas jóvenes. Nosotros no atribuimos a ninguna otra causa más que a la pandemia este perfil ya que tiene toda la lógica del mundo. Muchos de nuestros voluntarios veteranos mayores de edad o en grupos de riesgo han tenido que dejar las acciones de calle y pasar al trabajo telemático», señala Moisés Benítez, director de Voluntariado de Cruz Roja.
En los peores meses de la primera ola, esta organización consiguió reclu
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«Significa que seguimos siendo atractivos para los jóvenes y eso garantiza nuestra
sostenibilidad»
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