ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El reinado de un pueblo de pescadores
Además de tener uno de los puertos pesqueros más importantes de la costa gallega, la localidad lucense puede presumir del mejor equipo de fútbol sala femenino mundial
En el norte de Lugo, en la región de la Mariña lucense y a apenas 25 metros sobre el nivel del mar, se encuentra Burela, un pueblo de cerca de 10.000 habitantes y apenas 8 kilómetros cuadrados con gran tradición pesquera. El origen de su puerto se remonta a la Edad Media y en la actualidad es uno de los más importantes de la costa gallega. Un orgullo al que se ha unido el de albergar, junto a su notable flota de barcos, al mejor equipo femenino de fútbol sala del mundo.
Bajo el nombre de Pescados Rubén Burela, pues su patrocinador no podía ser otro que una empresa del sector pesquero, el equipo femenino es la mayor joya del club, pero no la única. El masculino, aunque no es tan puntero, juega también en la máxima categoría del fútbol sala español. Y por detrás de ambos existe una extensa red de equipos en categorías inferiores en los que acoge a más de doscientos jugadores, además de la gestión de las escuelas de futsal municipales.
Si en lo deportivo Burela es un club único, lo es igualmente por su conciencia social, que le llevó a firmar en 2017 un convenio pionero con cláusulas nunca antes contempladas en el deporte femenino, como un salario base cotizando a la Seguridad Social, la renovación del contrato en caso de embarazo, ayudas para guarderías y libros de texto, vacaciones pagadas o el pago del salario en caso de lesión.
A finales de enero la labor del club, nacido en 2001, se vio recompensada con el premio otorgado al equipo femenino por la web «futsalplanet», que desde hace dos décadas reconoce a los mejores de cada año, al estilo de lo que «France Football» hace con el Balón de Oro en el deporte rey. Gracias a sus títulos conquistados en 2020, el Burela femenino triunfó en una votación entre más de doscientos expertos, en la que también destacaron su técnico y su capitana. Patricia González Mota, Peque, fue segunda en la lista de mejor jugadora del mundo, lo mismo que Julio Delgado en la categoría de entrenadores de equipos femeninos.
«Es una pasada»
«Aún no me lo creo, pero estoy supercontenta. Es el reconocimiento a tantos años», relata Peque, feliz, en conversación con ABC. «En mi mente pensaba que si era, era este año», confiesa la capitana naranja, solo superada por la inalcanzable brasileña Amandinha, «Aparte de ser una grandísima jugadora, que eso no lo niego, tiene algo que aquí nos falta, que es que se venda el fútbol sala español», explica. Sin embargo, si en ella hubiese algún tipo de amargura por la oportunidad perdida, se esfuma al hablar del galardón del equipo: «Estoy hiper mega ilusionada con el premio porque es muy fuerte que un pueblo como Burela sea el mejor equipo del mundo, es una pasada». «La verdad es que llevamos una racha muy buena, que es lo que nos faltaba. Siempre hemos luchado por los títulos, pero unos los ganábamos y otros no. No conseguíamos la regularidad que como equipo estábamos trabajando un montón», relata.
El secreto del éxito
En las palabras de Peque se capta rápido la fórmula del éxito de este Burela femenino. «Cada premio o título lo celebramos muchísimo, como si fuese el primero, y eso es lo que nos está haciendo conseguir más. Hay un grupo fantástico, hemos conseguido el equilibrio como equipo, que es lo primordial, y hemos creado una pequeña familia en la que somos más de veinte personas, cada una diferente, pero con un mismo objetivo. Queremos hacer algo grande por un pueblo tan pequeño y tan volcado con nosotras».
«Vas por las calles y a la gente se le nota una sonrisa. Somos como su orgullo. Creo que les damos esos momentos de alegría, pues al final la situación está complicada y de todas estas noticias les hacemos partícipes. Porque no solo hemos ganado nosotras como equipo o club, es algo de todos. Y nosotras queremos que sientan que esto también es suyo», comparte.
La historia de Peque en Burela, como la de muchas de sus compañeras, es una historia de amor, de deportistas cautivadas por la pasión del pueblo por el fútbol sala. «Me acuerdo de la primera vez que jugué aquí, con otro equipo en una Copa en 2010, y cuando vi el ambiente dije, “yo tengo que venir aquí”. Es el culmen de un deportista, estar en un sitio donde la gente te sigue, te para por la calle y te habla tanto si has ganado como si has perdido. Es vivir el ambiente de fútbol sala 24/7, y para una jugadora eso es lo mejor que hay. Porque es a lo que queremos llegar, a ser profesionales, un poco reconocidas por nuestro trabajo, porque hay gente que se sacrifica muchísimo para jugar cada fin de semana».
Si a eso se añade el cuidado del club por sus jugadoras, parece sin duda el destino ideal: «Burela como club siempre lo ha tenido muy claro, es uno de los atractivos que me hizo venir, querían tener a todas sus jugadoras profesionales. Hemos ido dando pequeños pasos y lo máximo fue el convenio. El club quiere que nuestras condiciones sean las mejores, porque es así como se crece. Hay veces que es al revés, primero se piensa en el club y luego en las jugadoras, pero aquí la filosofía es que cuanto mejores condiciones tengan las jugadoras mejor club se va a hacer», presume orgullosa.
De cara al futuro la madrileña avisa: «Nos ha costado mucho llegar como para ahora bajar el listón. Queremos hacer historia, seguir peleando por absolutamente todo, creciendo como club, que es lo más importante, y luchando también por el fútbol sala».
Orgullo «Queremos hacer algo grande por un pueblo tan pequeño y tan volcado con nosotras»