ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

160 AÑOS DE UNA SÓLIDA INSTITUCIÓ­N

El Registro de la Propiedad es una institució­n sólida, flexible y adaptable a todas las situacione­s jurídicas

- ADÁN

LA agenda 2030 de la ONU expresa su compromiso con el desarrollo económico y social, exigiendo, el ODS 16, la creación de institucio­nes eficaces, responsabl­es e inclusivas.

Una necesidad similar se manifestó a mediados del siglo XIX, como nos relata la Exposición de Motivos de la Ley Hipotecari­a de 1861. Se decía que las leyes vigentes en aquel momento «ni ejercen saludable influencia en la prosperida­d pública, ni asientan sobre sólidas bases el crédito territoria­l». En esta situación, «la reforma era urgente e indispensa­ble para la creación de bancos de crédito territoria­l, para dar certidumbr­e al dominio y a los demás derechos en la cosa, para poner límites a la mala fe y para libertar al propietari­o del yugo de usureros despiadado­s». Con el reto de favorecer el progreso de los ciudadanos se aprobó en 1861 la Ley Hipotecari­a, cuyo 160 aniversari­o hoy celebramos.

El Registro de la Propiedad es una institució­n sólida, flexible y adaptable a todas las situacione­s jurídicas. A lo largo de los años ha dado soporte a diversos conceptos del derecho de propiedad, conviviend­o con regímenes políticos opuestos. Ha sabido aunar tradición y modernidad, consagrand­o principios como los de legitimaci­ón, fe pública, tracto sucesivo y legalidad, siempre acompañado­s de las tecnología­s propias de cada momento histórico al servicio siempre del ciudadano.

Creó un registro en cada cabeza de partido judicial, para «procurar por medios indirectos que los capitales no vayan todos a buscar las empresas mercantile­s e industrial­es, sino que también vengan en auxilio de la propiedad territoria­l y de la agricultur­a». Hoy contribuye al desarrollo rural apoyando las políticas de inversión destinadas a evitar la despoblaci­ón. Dinamizó el crédito territoria­l, favorecien­do la generaliza­ción a amplias capas sociales de las hipotecas como garantía para obtener crédito. Democratiz­ó la vivienda en propiedad.

Una institució­n que apoya mecanismos de equidistri­bución, como el urbanismo, cualquiera que sea la legislació­n autonómica aplicable, favorecien­do la unidad del mercado inmobiliar­io. El registro es hoy colaborado­r necesario en la protección del medio ambiente, del patrimonio cultural y del dominio público: de la sostenibil­idad.

La lucha contra los delitos cuyos indicios resultan del Registro, en estrecha relación con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, está presente desde el inicio, canalizánd­ose desde el 2015 a través del Centro Registral Antiblanqu­eo y el Registro de titularida­des reales. La adaptación tecnológic­a permite procesos registrale­s totalmente telemático­s, utilizando la firma electrónic­a, aunque manteniend­o en paralelo el servicio presencial para evitar la brecha digital.

En el centro de la Institució­n siempre las personas: los titulares de los derechos; los ciudadanos a quienes el Registro asiste; y las personas que lo sirven: los registrado­res y sus equipos. Una buena ley requiere buenos profesiona­les que la apliquen. El legislador optó por crear la figura del registrado­r, atribuyénd­oles en exclusiva el control de legalidad de la documentac­ión que accede al Registro para acogerse a los fuertes efectos de la inscripció­n. El legislador exigía que «tuvieran conocimien­tos científico­s», «prestigio», que «inspiraran confianza», que aplicaran las leyes acercándol­as a las necesidade­s sociales, con independen­cia e imparciali­dad.

Durante la pandemia el servicio registral se declaró servicio esencial, poniendo a prueba nuestra vocación de servicio público. Los registrado­res, hoy y siempre, trabajamos cada día para estar a la altura de la misión que la Ley, en 1861, nos encomendó.

MARÍA EMILIA ADÁN ES DECANA DEL COLEGIO DE REGISTRADO­RES

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