ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Myanmar desafía las amenazas y mantiene la protesta callejera
Nuevos colectivos profesionales llaman a la huelga contra el golpe de Estado
Por tercer día seguido, ayer continuaron las protestas en Myanmar, nombre oficial de Birmania, contra el golpe de Estado que el Ejército dio hace una semana. Tras la sorpresa inicial, los birmanos se han echado a la calle y el fin de semana se vivieron las manifestaciones más multitudinarias desde la Revuelta Azafrán que los monjes budistas protagonizaron en 2007.
Envalentonados por la falta de respuesta a sus movilizaciones, que han sido pacíficas y apenas han registrado enfrentamientos con la Policía, los manifestantes han llamado a la huelga general para que los militares echan marcha atrás y liberan a la jefa «de facto» del Gobierno, la premio Nobel de la Paz Aung Suu Kyi. Junto a ella, han sido arrestados el presidente del país, Win Myint, y otros líderes políticos. Según informa France Presse, al paro convocado se han sumado no solo los trabajadores de empresas privadas, sino también los funcionarios públicos y empleados de los ferrocarriles.
Aunque el Ejército había cortado internet para neutralizar las protestas, organizadas a través de redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, ha sido restaurado parcialmente y ofrece más información de lo que está ocurriendo en Birmania. En las últimas horas no solo llegan imágenes de protestas masivas en Yangón (Rangún), Mandalay y la capital, Naypyidaw, sino también del interior del país.
Para calmar la revuelta, el Ejército ha amenazado a los manifestantes a través de la televisión estatal. «Se deben tomar acciones conforme a la ley con pasos efectivos contra las protestas que alteren, impidan o dañen la estabilidad del Estado, la seguridad pública y la legalidad», advirtieron los militares en un comunicado. Además, han impuesto el toque de queda en todo el país desde las 20.00 horas hasta las 4.00 de la madrugada. En Naypyidaw, donde miles de personas habían cortado una autopista, la Policía intentó dispersar a la multitud con un cañón de agua, pero no lo consiguió. «¡Abajo con la dictadura militar! ¡Libertad para Aung San Suu Kyi!», corean los manifestantes imitando el saludo de tres dedos de la película Los juegos del hambre, que se ha convertido en el símbolo de la lucha por la democracia en el Sudeste Asiático desde que se popularizara en las protestas de Hong Kong.
A las caceroladas de los primeros días han seguido las movilizaciones masivas y la tensión va en aumento, lo que hace temer un aplastamiento militar como en 2007 y en 1988, cuando el Ejército abrió fuego contra los manifestantes que reclamaban democracia.
Antecedentes
El Ejército no reprime por el momento: en las protestas de 1988 y 2007 lo hizo con especial dureza