ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

España, en superávit exterior pese al desplome del turismo

- J. TAHIRI

Las cifras de cierre del PIB de 2020 plasman a la perfección, por un lado, la extrema gravedad de una crisis económica que no tiene precedente­s. Pero al mismo tiempo también ofrecen datos que indican que la economía española está mejor preparada para las turbulenci­as de lo que demostró en la anterior crisis financiera. Las reformas y la corrección de desequilib­rios macroeconó­micos antes latentes bajo la superficie explican este comportami­ento. Pese a que el PIB se desplomó en 2020 un 11%, máxima caída desde la Guerra Civil, ante el desplome del gran motor económico, el turismo, que en un solo año retrocedió más de medio siglo a niveles de visitantes que no se alcanzaban desde 1969. Un bajón del 77% que, pese a todo, ha visto cómo España encadenaba por noveno año consecutiv­o superávit de financiaci­ón frente al exterior.

Así lo refleja la balanza por cuenta corriente, que mide el intercambi­o de bienes, servicios y rentas con el resto del mundo. Al sumarle la balanza de capital, alcanzó en noviembre los 10.461 millones de euros de financiaci­ón frente al resto del mundo, un 61% menos que un año antes según el Banco de España. Pese a ello, es un nivel de superávit exterior sorprenden­te dado el hundimient­o del turismo y sin el gasto de los más de 60 millones de visitantes que perdió España en 2020, muestra de una competitiv­idad mucho mayor.

España sale de 2020, además, con un menor déficit comercial, al reducirse un 58,7%, hasta los 29.885 millones, pese a que las ventas al exterior se redujeron un 10,9%, las compras lo hicieron más, un 15,7%. «Las exportacio­nes de bienes, que no de servicios, han aguantado bastante bien. Pero debemos tener en cuenta que la cuenta corriente es la diferencia entre ahorro e inversión. Si no hay diferencia entre lo que ahorras y lo que inviertes, tienes equilibrio y no te endeudas con el resto del mundo. Lo que ha podido pasar es que las familias han compensado con su ahorro el déficit que han tenido las administra­ciones públicas, que han triplicado su déficit», sostiene el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso.

A ello se le une que desde septiembre de 2018, España ha acumulado 28 meses con diferencia­l negativo de precios frente a la Eurozona, una ganancia de competitiv­idad que se mantuvo en enero cuando el IPC marcó un 0,6% interanual, tres décimas menos al del resto de los estados de la moneda común.

«No tenemos burbuja en ningún sector y el nivel de endeudamie­nto de familias y empresas se ha reducido mucho. Sí hay bastante consenso en que la reforma laboral ha tenido que tener un peso importante en la competitiv­idad. Eso sí, hasta que no acaben los ERTE no sabremos el impacto en el empleo de la caída en el PIB», zanja la economista de Funcas, María Jesús Fernández.

Inflación a raya La economía lleva 28 meses seguidos

ganando competitiv­idad vía precios frente

a la Eurozona

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