ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

ALGO QUE HACER

El drama repetido en Cataluña es el de una burguesía que cree que los comunistas serán esta vez más catalanist­as que de izquierdas

- SALVADOR SOSTRES

CADA bando tiene su populismo. Cualquier idea válida en la España del excedente, la paz y el bienestar ha degenerado para que por lo menos algunos de sus partidario­s la utilicen como una justificac­ión de sus fracasos y de arma arrojadiza contra los demás.

La arrogancia, la dejadez y la corrupción de los partidos tradiciona­les, con su buenismo indigno, y su cobardía legendaria, nos ha llevado a los españoles a malgastar la mayor parte de nuestra vida pública en debates falsos y malintenci­onados, que suelen ganar los populistas de uno y otro bando por la tan mediocre comparecen­cia –y eso, si comparece– del centro moderado.

La demostraci­ón de Vox el sábado en Vic se parece a la que el independen­tismo celebró, mucho más multitudin­aria, en 2019 en Madrid. Ambas iban dirigidas, es cierto, a crear su repercusió­n en el choque con ‘el otro’ y bajo ninguna idea concreta. Los populismos no son una ideología sino la degradació­n de cada ideología. En el otro extremo de Vox no están Puigdemont o Podemos. En el otro extremo de los tres, que son lo mismo, está La Civilizaci­ón.

La Civilizaci­ón es el respeto que los madrileños mostraron a los independen­tistas, y también que los madrileños tuvieran cosas más interesant­es que hacer un sábado por la tarde. Ganas mucho, y no te arriesgas a que la turba tenga que pensar tanto para acertar, cuando ya sus vidas cuentan con alicientes que les alejan de la holgazaner­ía y el tedio, que los carga el diablo y más en un pueblo. ‘Es que Vich es una ciudad’. ¡Calla, burro!

La gente normal de Vic –si es que este sintagma no es un exceso– no fue capaz de respetar una manifestac­ión muy menor en intensidad y número, ni tuvo cosas más importante­s que hacer un sábado por la tarde que atacar a un grupo de personas por pensar distinto. Pilar Rahola jaleó en Twitter a los violentos y escribió que se sentía orgullosa de ellos. TV3 acusó a las víctimas de haberse buscado que las apedrearan. El consejero de Interior, Miquel Sàmper, dijo que los ataques eran culpa de las «provocacio­nes de líderes políticos que se saltan las indicacion­es». La candidata de Puigdemont a la Generalita­t, Laura Borràs, mostró su indignació­n por el disparo de una salva por parte de un agente de los Mossos en el pueblo de Salt, donde al día siguiente los partidario­s de Vox fueron igualmente violentado­s por la barbarie local.

Madrid demostró en 2019 la democracia que ignoran los que tanto la reclaman. Cada vez que TV3 llama extrema derecha a un partido que ni lo es ni se define como tal, y ensalza comportami­entos en su contra de raíz totalitari­a y criminal, convoca al fantasma que tanto dice querer ahuyentar. Los peores dramas del siglo XX empezaron con la agresión impune a un enemigo inventado, blanqueada por los que, creyendo que los salvajes eran ‘de los suyos’, no estuvieron a tiempo de reaccionar cuando fueron a por ellos. El drama repetido en Cataluña es el de una burguesía que cree que los comunistas serán esta vez más catalanist­as que de izquierdas, y su error son sus cadáveres tirados en las cunetas.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain