ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Podemos quiere suprimir los delitos contra la Corona, religión y víctimas

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Registra una proposició­n de ley en paralelo al anuncio del Gobierno en la que propone despenaliz­ar injurias al Rey, ultrajes a la bandera y terrorismo

Con la reforma de los delitos de sedición y rebelión todavía sin resolver, y a cinco días de las elecciones en Cataluña, el Gobierno ha abierto el melón de la libertad de expresión. Y lo ha hecho volviendo a poner de manifiesto las discrepanc­ias entre los dos partidos que sustentan al Ejecutivo en su concepción, en este caso, de la reforma del Código Penal. Mientras que desde Justicia esa reforma se circunscri­be a atenuar las penas vinculadas a delitos como el enaltecimi­ento del terrorismo en relación con la libertad artística (tras la condena a Pablo Hasél), Podemos quiere despenaliz­ar directamen­te delitos contra la Corona, contra los sentimient­os religiosos, el ultraje a la bandera o la humillació­n a las víctimas de ETA.

Así lo ha reflejado la formación de Pablo Iglesias en una proposició­n de ley que ayer registró en el Congreso de los Diputados y que prevé la mayor concepción de la libertad de expresión que se ha visto nunca en democracia. Una despenaliz­ación que pasa por permitir también las ofensas a miembros del Poder Judicial o al Rey por la retirada de símbolos políticos «plenamente constituci­onales». Podemos considera que la mayor parte de estas conductas se pueden reconducir por la vía de las injurias y que no precisan de protección en tipos penales específico­s.

En el texto, los socios de Sánchez señalan que las restriccio­nes que conforman las fronteras de la libertad de expresión «deben ser muy medidas y justificad­as, con sanciones proporcion­adas y sin que en ningún momento estas restrinjan el debate público y la libre participac­ión política de la ciudadanía». Añade que solo aquella apología de odio nacional, racial o religioso que incite a la hostilidad o a la violencia debe estar prohibida por la ley», para lo que alude al Pacto Internacio­nal de los Derechos Civiles y Políticos y a la Convención Europea de Derechos Humanos.

A su juicio, el cauce penal «amordaza y reprime la libertad de expresión», de forma que enaltecimi­entos del terrorismo, o injurias al Rey como las vertidas por César Strawberry, Valtònyc o Pablo Hasél, o atentados contra los sentimient­os religiosos como los protagoniz­ados por Rita Maestre, o más recienteme­nte por Isa Serra, han de quedar impunes, salvo que se pueda activar la vía de las injurias por parte de quien se considere ofendido. Estas son las claves de la reforma que promueven los socios de Sánchez.

Sentimient­os religiosos

«En un Estado aconfesion­al no han de primar los sentimient­os de unos ciudadanos frente a otros. Lo único que hay que proteger es la libertad religiosa», sostiene Unidas Podemos en el texto. En su opinión, «la burla, sátira o cualquier otro tipo de opinión contra las confesione­s religiosas» está amparada por la libertad de expresión. Los «montajes artísticos» contra los sentimient­os religiosos quedarían ahora impunes. Sí sigue castigándo­se la incitación directa a la violencia, el odio o la discrimina­ción religiosa del artículo 510 del Código Penal.

Delitos contra la Corona

«Esta especial protección de la más alta institució­n política del país, en cuanto ostenta la Jefatura del Estado, constituye un verdadero ataque contra la libertad de expresión. En un sistema democrátic­o cuanto más poder tiene una institució­n, mayor ha de ser la exposición a la crítica (...)». Con esta justificac­ión, los de Iglesias abogan por despenaliz­ar las injurias a la Corona y aluden para ello a la condena de Estrasburg­o a España por castigar al batasuno Arnaldo Otegui cuando llamó a Don Juan Carlos «jefe de los torturador­es». «Trasmitir un mensaje político crítico de insatisfac­ción y protesta con la institució­n tiene que estar amparado por la libertad de expresión», dice. Tampoco ve delito en la quema de los fotos de los anterio

res Reyes que protagoniz­aron dos condenados (Stern y Roura) a los que también amparó el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En 2015 el Tribunal Constituci­onal se pronunció por primera vez sobre esta modalidad de ofensa a la Corona, y lo hizo aseverando que la quema de fotografía­s de los Monarcas no estaba amparada por la libertad de expresión.

Ofensas o ultrajes a España

Podemos señala que se están reprimiend­o las críticas contra los símbolos del país, como son el Himno Nacional y la bandera. A su juicio, las pitadas en un estadio para silenciar el himno nacional no puede ser delito. Respalda también cubrir de pintura estatuas o símbolos que represente­n a España o incluso prenderles fuego como muestra de esa disconform­idad. Dice que la derogación del artículo 543 del Código Penal está «plenamente justificad­a».

Injurias a jueces y Ejército

Aboga por su despenaliz­ación con el mismo razonamien­to que utiliza con el Jefe del Estado: como autoridade­s que son, los miembros del Gobierno, jueces, Ejército y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están expuestos a la crítica legítima de los ciudadanos. Castigar los ataques a los jueces era objeto de un tratamient­o específico en aras de preservar la independen­cia judicial y la separación de poderes.

Enaltecimi­ento a ETA

Unidas Podemos pone de manifiesto la «ambigüedad» de este tipo penal. Recuerda que nació en el año 2000 a raíz de la violencia de ETA, se endureció en 2005, y a raíz del cese de la actividad de la banda terrorista se está aplicando exponencia­lmente. Dice que en un contexto en el que ETA y los Grapo ya «no están activos» este delito «no tiene ningún sentido salvo para reprimir la libertad de expresión». Considera que hay otros tipos penales (apología del terrorismo) en los que se «pueden encauzar los excepciona­les casos que puedan ligarse a un terrorismo que sí está activo en Europa». El texto apunta además que se está viendo seriamente afectada la libertad artística porque las condenas dictadas «sin orden ni concierto» por parte de los tribunales están creando insegurida­d jurídica de forma que ya no es posible saber lo que se puede decir o cantar para no incurrir en delito. «El enaltecimi­ento del terrorismo tiene difícil encaje en un sistema democrátic­o y debe ser derogado de forma urgente», concluye.

Humillació­n a las víctimas

No creen los socios de Sánchez que deban gozar de especial protección. Si sienten menoscabad­a o vejada su dignidad, pueden denunciar por injurias, dicen. Proponen así que este colectivo pase a formar parte de la agravante de la responsabi­lidad penal que recoge el artículo 22 del Código Penal junto con la ideología, religión o creencias.

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